Masonería Filosófica del Rito de
York de la República del Perú
LA PERSONA
QUE
NO ESTÁ EN PAZ CONSIGO MISMA, SERÁ UNA PERSONA EN GUERRA CON EL MUNDO ENTERO.
MAHATMA
GANDHI
HISTORIA
DE
LA MASONERIA
Dejando a un lado muchos y muy
antiguos antecedentes históricos de la masonería, oscuros e inconexos, señalaremos
aquí que la masonería surgió de las corporaciones de obreros de la construcción
en
la Edad Media.
Los canteros alemanes y los constructores ingleses de esos tiempos no constituían
únicamente asociaciones de oficios (guildos), sino verdaderas hermandades en
donde se enseñaba y ejercitaba una teoría secreta de sus respectivas artes y
oficios. Muchos autores han probado que los masones no han inventado su liturgia
y sus símbolos, y que tampoco los han copiado de otras sociedades secretas
arcaicas, sino que les han sido trasmitidos, por sucesión directa, de las
sociedades gremiales de que proceden.
Se pretende que la masonería es
tan antigua que ya existía y se practicaba en las pirámides de Egipto, en los
templos de
la India
, en las cavernas de los Esenios, en las criptas secretas de los Mayas, en
la Academia
de Pitágoras y en muchas otras sociedades iniciáticas de muy remota antigúedad.
Las semejanzas, reales o imaginadas, con los ritos y ceremonias que se llevaban
a cabo en esos remotos tiempos, demuestran que la masonería llena una íntima
necesidad del espíritu humano, cual es
la de buscar la superación personal y encauzar las potencialidades individuales
hacia el bien común. No es pues, la lógica de las técnicas y métodos
que son más eficaces para lograr la evolución interna en el hombre. Que estas
técnicas no hayan variado grandemente en el curso de varios milenios no debe
extrañarnos, ya que los antropólogos y etnólogos han demostrado que el hombre
sigue siendo esencialmente semejante en sus manifestaciones mentales y afectivas
desde que es hombre, a pesar de todas las modificaciones ambientales que ha
logrado la civilización.
La masonería, en su forma actual,
tomá cuerpo en Inglaterra a fines del siglo XVII. Con anterioridad, existían
en Alemania, Francia e Italia las cofradías de constructores, o masones,
en donde se enseñaban no solamente las artes y las ciencias que debía dominar
un maestro constructor, sino que se impartían principios de moral y buena
conducta, que garantizaran la armonía dentro de las corporaciones. Los lustros
de duración de las monumentales obras que ejecutaban los masones (entre
las cuales se cuentan las más preciadas joyas del estilo gótico) favorecían
que se estableciesen relaciones muy estrechas entre los numerosos artistas y
obreros, los cuales formaban verdaderos equipos bajo la dirección de sus
grandes maestros arquitectos, que eran solicitados para ejecutar obras en
ciudades distantes y en diferentes países. Natural es que, en sus viajes,
buscasen la ayuda de otros miembros de su misma profesión, también agremiados
en cofradías, y que asistiesen a las reuniones de sus logias. De esta
necesidad de viajar y ser reconocidos y atendidos, como de las precauciones que
cada agrupación debía tomar para no admitir entre sus miembros a un operario
que fuese a romper la armonía por su mala conducta, o a explotar en su
beneficio personal los conocimientos, técnicos que se impartían en las logias,
surgieron los signos secretos de reconocimiento, la jerarquización en tres
grados, con obligaciones y prerrogativas distintas, y el sigilo y discreción
para realizar las reuniones de masones.
El nombre de francmasón, derivado
de la palabra freemason, y que significa masón libre, se daba a los
constructores que tenían libertad para contratar sus servicios con cualquier
persona y en cualquier país, a diferencia de los que estaban al servicio
exclusivo de algún noble, prelado eclesiástico o monarca. Estos últimos,
desde luego, no precisaban de signos de reconocimiento, ni de todas las demás
cosas que caracterizaban a las logias de masones.
Por la necesidad de viajar y de
conocer diversos países y costumbres, los masones tuvieron contacto con
distintas maneras de pensar y diferentes organizaciones políticas, lo cual les
confirió un punto de vista excepcionalmente amplio hacia los problemas
religiosos, filosóficos, económicos, sociales y políticos de su época.
Hubieron de admitir, con igualdad de razas, y esto sentó las bases a los
principios humanistas de la naciente Orden.
En los siglos X, XII y XIV, se
emprendieron en Escocia e Inglaterra grandes obras, y para su realización se
importaron constructores alemanes, quienes llevaron consigo los usos y
costumbres de las logias alemanas. A su influjo, nacieron las logias escocesas e
inglesas.
Hacia principios del siglo XVIII,
la construcción había decaído grandemente y, consecuentemente, languidecían
las logias de los masones operativos; entonces, en 1717, se constituyó Londres
en una Gran Logia, bajo el patrocinio de un grupo de hombres de gran ilustración,
que veían con pena la decadencia de las logias de constructores. Fue entonces
cuando nació, propiamente, la masonería de nuestros tiempos, la cual ha
conservado cuidadosamente el espíritu de las antiguas cofradías, sus
principios constitucionales y los usos y costumbres tradicionales, apartándose
de la construcción material. Admitiá en sus filas a hombres de todos los
oficios y condición social, a la vez que daba una interpretación elevada y
filosífica a sus símbolos; así, la masonería adquirió un carácter más
amplio, susceptible de extenderse por todo el mundo.
Al ser electo Jorge Payne para
cargo de Gran Maestro, emprendió la meritoria tarea de reunir todos los
preceptos existentes y formar una colección de 39 ordenanzas generales, que
fueron revisadas por el Dr. James Anderson, teólogo e historiador, y sirvieron
de base a
la Constitución
publicada en 1723, que es el primer fundamento legal de la masonería.
Prosperó, a partir de ese momento,
la Orden
, contando entre sus iniciados a distinguidos miembros de la nobleza y de la
familia real de Inglaterra. Entre 1739 y 1772, surgieron ciertas desavenencias
internas que dieron origen a su separación en dos ritos: el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado y el Rito de York, o del Real Arco.
De Inglaterra, la nueva masonería
se extendió rápidamente a otros países. En Francia apareció entre 1721 y
1732 y alcanzó un auge inusitado. Se formaron nuevos ritos y se crearon grados
filosóficos, siendo ésta, al principio, una innovación mal recibida en los
demés países, ya que infringía los Antiguos Límites que únicamente establecían
los primeros tres grados.
La masonería francesa ha contado
entre sus miembros a distinguidas personalidades, como Voltaire, Rousseau,
Condorcet, Víctor Hugo, Gambetta, Herriot, Dantón, Marat, Alejandro Dumas,
Napoleón Bonaparte, Emilio Zolé y muchos más. En las logias masónicas se
gestó
la Revolución Francesa
, y de los principios masónicos se sirvieron los revolucionarios como bandera
en la lucha contra la tiranía.
Entre los masones más distinguidos
mencionamos a Federico el Grande de Prusia, Francisco I de Austria, Goethe,
Mozart, Beethoven, Wagner, Benjamín Franklin, Jorge Washington, el Conde de
Lafayette, Tomás Jefferson, Abraham Lincoln, Américo Vespucio, Leonardo de
Vinci, Gral. Prim. Francisco Javier Mina, Emilio Castelar, Simón Bolívar, José
Martí, Bernardo O'Higgins, José de San Martín, Antonio José de Sucre, José
Ma. Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, Don Guadalupe Victoria,
Agustín de Iturbide, Valentín Gómez Farías, Nicolás Bravo, Benito Juárez,
Melchor Ocampo, Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz, Ignacio M.
Altamirano, Juan de Dios Peza, Amado Nervo, Ignacio Rarmírez, Alfredo Chavero,
el Barón de Humboldt, Francisco I. Madero, José Ma. Pino Suárez y muchos
otros más.
La masonería ha tenido en México
un glorioso historial de gestas libertarias, y ella ha sido la inspiradora de
nuestros movimientos políticos e ideológicos de mayor trascendencia. Sin temor
a exagerar, podemos decir que los masones mexicanos dieron a nuestra patria
la Independencia
, las leyes de Reforma y
la Revolución
de 1910, y que siempre que ha sido necesario combatir por nuestra mexicanidad y
por los derechos del hombre, han sido los primeros en ofrendar su pecho y su
pensamiento en defensa de nuestra soberanía y libertad.
En la actualidad, en todos los países
del mundo tiene raíces profundas las masonería y cuenta con mayor número de
miembros que cualquier otra sociedad internacional de este tipo.
Las fuerzas renovadoras que han
actuado dentro de ella, en nuestro país, la han modernizado y cohonestado con
los adelantos de nuestro tiempo, y se observa una saludable tendencia a
incorporar a sus técnicas y enseñanzas los descubrimientos más modernos de la
ciencia.
De esta manera, la masonería
evoluciona y se pone a tono con la época, para seguir siendo la fuente de donde
brota la fuerza renovadora del pensamiento humano.
Ahora
según fuentes Católicas.
I.
NOMBRE Y DEFINICIÓN
Dejando de lado diversas derivaciones
imaginativas podemos trazar la palabra masón al francés mason (en latín
matio o machio), "un edificador de muros" o "un labrador de
piedras" (cf. del alemán Steinmetz, de metzen, "cortar"; y del
holandés vrijmetselaar.
El término compuesto Francmasón se da
por primera vez en 1375 -- según un escrito, se da aun antes de 1155 [1] -- y,
contradiciendo a Gould [2] se refiere principalmente a un masón (albañil) de
gran habilidad, aunque más tarde también designó a aquel que disfrutaba de la
libertad, o del privilegio de ser miembro de una cofradía del gremio. [3] El
primer significado normalmente deriva de libre albañil labrador de piedra, que
era un albañil que esculpe con hacha o construye con piedra (ornamental)
labrada en oposición a un albañil tosco (piedra no labrada). [4] Esta deducción,
aunque concuerde con el significado del término, pareció inaceptable a algunos
eruditos. Así que Speth propuso interpretar la palabra francmasones como
referente a aquellos masones que reivindicaban la exención de la autoridad de
las cofradías locales en las ciudades donde temporalmente se establecían. [5]
De acuerdo con esta sugerencia el "Nuevo Diccionario Inglés de
la Sociedad Filológica
" (Oxford, 1898) favorisa la interpretación de francmasones como artesanos
expertos, emancipados, según la práctica medieval, de las restricciones y del
control de las cofradías locales, de tal manera que podían viajar y prestar
servicios, dondequiera que cualquier gran edificio (catedral, etc.) estuviera
siendo construido. Estos francmasones formaron un gremio universal para ellos
mismos, con un sistema de señas secretas y contraseñas por las que un
artesano, que había sido admitido por haber demostrado la competencia de su
arte, podía ser reconocido. A la decadencia de la arquitectura gótica este
gremio fusionó con las cofradías de masones. [6]
Ulteriormente W. Begemann [7] combatió la
opinión de Speth [8] como completamente hipotética, diciendo que el termino
francmasón designó originalmente a masones particularmente hábiles que
trabajaban la piedra labrada, que eran necesarios durante la época de la más
espléndida evolución de la arquitectura gótica, y nada más. En la ley
inglesa la palabra francmasón es mencionada por primera vez en 1495, mientras
que "Frank-mason" se encuentra ya en una Acta de 1444-1445. [9] Más
tarde, francmasón y masón se utilizaron como términos equivalentes. El
significado moderno de Francmasonería con el que, desde aproximadamente 1750,
la palabra ha sido universalmente y exclusivamente conocida, data solamente de
la constitución de
la Gran Logia
de Inglaterra en 1717. En esta acepción, y según los rituales oficiales del
gremio inglés, escocés, americano, etc.,
la Francmasonería
es más generalmente definida como: "Un peculiar [algunos dicen
"particular" o "bello"] sistema de moralidad disimulado en
alegorías e ilustrado por símbolos". Mackey [10] declara que la mejor
definición de Francmasonería es: "Una ciencia comprometida en la búsqueda
de la verdad divina". La enciclopedia alemana de Francmasonería,
"Handbuch" [11] define Francmasonería como "la actividad de
hombres estrechamente unidos que, empleando formas simbólicas tomadas
principalmente del oficio de albañil y del trabajo de arquitectura, trabajan
por el bienestar de la humanidad, esforzándose moralmente para ennoblecerse
ellos mismos y a los demás y así crear una liga universal de humanidad
[Menschheitsbund], que ellos aspiran a exhibir aun ahora en pequeña
escala". Las tres ediciones que este "Handbuch" (Manual Universal
de Francmasonería) ha tenido desde 1822 han sido declaradas por críticos
Masones anglófonos como la más valiosa y mejor Enciclopedia Masónica nunca
publicada. [12]
II.
ORIGEN E HISTORIA TEMPRANA
Antes de entrar en ésta y en las
siguientes divisiones de nuestro tema es necesario establecer como premisa que
la naturaleza misma de
la Francmasonería
como una sociedad secreta hace difícil el tener certeza aun de sus documentos
y autoridades reputados, y por consiguiente hemos consultado sólo aquellos que
son reconocidos y recomendados por miembros responsables de la sociedad, como
declaramos en la bibliografía añadida a este artículo. "Es el oprobio de
la Francmasonería
", dice Mackey [13]
que su historia nunca se haya escrito con
un espíritu de verdad crítica; que la credulidad. . . ha sido la fundación
sobre la que se han establecido todas las investigaciones masónicas históricas,.
. . que los eslabones perdidos de una cadena de evidencia han sido suministrados
con frecuencia por invenciones gratuitas y que se han sostenido,
descuidadamente, declaraciones de enorme importancia por el testimonio de
documentos cuya autenticidad no ha sido demostrada.
"La parte histórica de archivos
antiguos", añade l [14]
escritos por Anderson, Preston, Smith,
Calcott y otros escritores de esa generación, fue poco más que una colección
de fábulas tan absurdas que provocan la sonrisa del lector.
Los gérmenes de casi todas estas teorías
fantásticas están contenidos en "Las Constituciones de los
Francmasones" de Anderson (1723, 1738) que hacen a
la Francmasonería
coexistente con la geometría y con las artes basadas en ella; sugiere que
Dios, el Gran Arquitecto, fundó
la Francmasonería
, y que esta tuvo por patrones a Adán, los Patriarcas, los reyes y filósofos
de antaño. Incluso Jesucristo es incluido en la lista como Gran Maestro de
la Iglesia Cristiana.
La Masonería
es creditada con la construcción del Arca de Noé,
la Torre
de Babel, las Pirámides, y el Templo de Salomón. Autores ulteriores localizan
el origen de
la Masonería
en los misterios egipcios, Dionisiacos, de Eleusis, Mitraico, y Druídico; en
sectas y escuelas tales como las de los Pitagóricos, Esenios, Caldeos, las del
Zoroastrismo, y las del Agnosticismo; en las sociedades Evangélicas que
precedieron
la Reforma
; en las órdenes de caballería (Juanistas, Templarios); entre los alquimistas,
Rosacruces, y Cabalistas; en sociedades secretas chinas y árabes. Se afirma
además que Pitágoras fundó la institución Druídica y por lo tanto que
la Masonería
probablemente existía en Inglaterra 500 años antes de
la Era Cristiana.
Algunos autores, considerando descubrimientos geológicos como emblemas Masónicos,
hacen remontar
la Masonería
al Período Mioceno (?) [15] mientras que otros pretenden que la ciencia Masónica
"existía antes de la creación de este globo, diseminada entre los muchos
sistemas con los que el gran imperio del espacio universal esta provisto".
[16]
No es entonces difícil imaginar que el
intentar demostrar la antigúedad de
la Francmasonería
con evidencia proporcionada por tales monumentos del pasado como las Pirámides
y el Obelisco (llevado a Nueva York en 1879) deberían haber dado por resultado
una vasta literatura acerca de estos objetos. [17] Aunque muchos masones
inteligentes estiman estas reivindicaciones como sin fundamento, la mayoría del
gremio [18] todavía acepta la declaración contenida en el "Cargo"
después de la iniciación: "Antigua sin ninguna duda es, habiendo
subsistido desde tiempo inmemorial. En cada era monarcas [rituales americanos:
"los más grandes y mejores hombres de todos los tiempos"] han sido
promotores del arte, no han creído derogatorio a su dignidad el cambiar el
cetro por la paleta, han participado de nuestros misterios y se han reunido
nuestras asambleas". [19] es verdad que en tiempos antiguos, caballeros que
no eran ni masones operativos ni arquitectos, los así llamados masones geomáticos
[20] se reunían con los masones operativos, o dogmáticos, en sus logias,
observaban las ceremonias de admisión, y conocían sus señas de
reconocimiento. Pero esta Masonería no es de ninguna manera
la Masonería
"especulativa" de los tiempos modernos, i.e., un método sistemático
de enseñanza de la moralidad por medio de tales principios de símbolos según
los principios de
la Francmasonería
moderna despuús de 1723. Tal como las mejores autoridades alemanas lo admiten
[21]
la Masonería
especulativa empezó con la fundación de
la Gran Logia
de Inglaterra, el 24 de junio de 1717, y su organización esencial se completó
en 1722 con la adopción del nuevo "Libro de Constituciones" y de los
tres grados: aprendiz, compañero, maestro. Todas las más competentes y más
concienzudas investigaciones por expertos historiadores Masónicos demuestran
que, en 1717, las antiguas logias habían casi dejado de existir. Las nuevas
logias empezaron como sociedades conviviales, y su distintivo espíritu Masónico
solo se desarrolló poco a poco. Este espíritu, en fin, tal como se exhibió en
las nuevas constituciones estuvo en contradicción con aquel que animaba a los
primeros masones. Estos hechos demuestran que
la Masonería
moderna no es, como Gould [22] Hughan [23] y Mackey [24] pretenden, una
renovación del antiguo sistema, sino que es un nuevo orden de ninguna manera más
antiguo que el primer cuarto del siglo XVIII.
III.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y ESPIRITU
Ha habido muchas controversias entre
masones acerca de los puntos esenciales de
la Masonería. Masones
anglófonos los llaman "linderos", un término tomado del
Deuteronomio 19:14, que significa "los límites de la libertad Masónica",
o los límites inalterables dentro de los que todo albañil tiene que confinarse
a sí mismo. Mackey [25] no estipula menos de veinticinco linderos. El mismo número
es adoptado por Whitehead [26] "como la medula de las investigaciones de
los autores masones más hábiles". Los principales de ellos son [27]
el método de reconocimiento por señas
secretas, palabras, apretones de manos, pasos, etc.;
los tres grados incluso el Arco Real;
la leyenda de Hiram del tercer grado;
el correcto "tejado" de la logia
contra "lluvia" y "nieve", i.e., contra hombres y mujeres
"cowans", o sea los que escuchan escondidos, i.e., intrusos profanos;
el derecho que cada Masón regualr tiene
de visitar cada logia regular en el mundo;
la creencia en la existencia de Dios y en
la vida futura;
el Volumen de
la Ley Sagrada
;
la igualdad de los masones en la logia;
el secreto;
el método simbólico de enseñanza;
la inviolabilidad de los linderos.
En verdad no hay ninguna autoridad en
La Francmasonería
para constituir tales linderos o leyes fundamentales "invariables".
Estricta y judicialmente, incluso los "Antiguos Cargos", que, según
las "Constituciones" de Anderson, contienen las leyes inalterables,
tienen un carácter legal obligatorio únicamente si están incluidas en el
"Libro de
la Constitución
" de cada Gran Logia. [28] Pero en práctica existen ciertas características
que son universalmente consideradas como esenciales. Tales son los principios
fundamentales descritos en el primero y sexto artículos de los "Antiguos
Cargos" concernientes a la religión, en los textos de las dos primeras
ediciones en ingles (1723 y 1738) de las "Constituciones" de Anderson.
Estos textos, a pesar de diferir ligeramente, son idénticos en su significado
esencial. El de 1723 es el texto original restaurado por
la Gran Logia
de Inglaterra en las ediciones de las "Constituciones", 1756-1813, e
introducido más tarde en el "Libro de las Constituciones" de casi
todas las otras Grandes Logias, es el más autorizado; pero el texto de 1738,
que fue adoptado y usado por mucho tiempo por muchas Grandes Logias, es también
de gran importancia por sí mismo y como una ilustración más amplia del texto
de 1723.
En este último, el primer artículo de
los "Antiguos Cargos" que contiene la ley fundamental y la esencia de
La Francmasonería
moderna dice (se da el texto precisamente como impreso en el original de 1723):
I. Acerca de Dios y
la Religión. Un
Masón esta obligado, por el ejercicio de su cargo, a obedecer la ley moral: y
si entiende correctamente el Arte, nunca será un estúpido Ateo [letras góticas]
ni un Libertino irreligioso [letras góticas]. Pero aunque en tiempos anteriores
los masones de cada país debían pertenecer a la religión de ese país o nación,
cualquiera que fuera, ahora se piensa que es más conveniente que sólo se les
obligue a seguir aquella religión con la que todos los hombres están de
acuerdo, dejándoles sus Opiniones particulares a sí mismos: esto es, ser
hombres buenos y verdaderos o Hombres de Honor y Honestidad, por cualesquiera
Denominaciones o Convicciones con las que se distingan; por lo que
la Masonería
llega a ser el Centro de Unión y el medio de conciliar una Amistad verdadera
entre personas que deberían haberse quedado a una perpetua distancia.
Bajo el Artículo VI, 2 (el comportamiento
del Masón después de que la logia se ha cerrado y los hermanos no se han ido)
se agregó:
Para conservar la paz y la
armonía, ningún resentimiento privado ni riñas se deben traer al interior de
la logia, mucho menos una reyerta cualquiera acerca de Religión o Naciones o
Política Estatal, puesto que sólo somos, como masones, de
la Religión Catholick
, antes mencionada, somos también de todas las Naciones, Lenguas, Afinidades e
Idiomas y estamos decididos en contra de toda Política [impreso en el original
en letras góticas] puesto que hasta hoy nunca ha conducido al
bienestar de la logia y nunca lo hará.
Este mandato ha sido siempre estrictamente ordenado y observado; pero
especialmente desde
la Reforma
en Gran Bretaña o del disentimiento y secesión de estas Naciones de la unión
de Roma.
En el texto de 1738 los mismos artículos
dicen (las diferencias del de 1723 están en cursivas):
I. Acerca de Dios y
la Religión. Un
Masón esta obligado por el ejercicio de su cargo a observar la ley moral como
un verdadero Noahida (hijo de Noé, el primer nombre de los Francmasones) y si
entiende correctamente el oficio, nunca será un estúpido ateo ni un libertino
irreligioso ni actuara en contra de su conciencia. En tiempos antiguos los
masones Cristianos estaban encargados de cumplir con las costumbres cristianas
de cada país donde viajaban o trabajaban; pero siendo que
la Masonería
se encuentra en todas las naciones, incluso de religiones diferentes, están
ahora generalmente encargados de adherir a esa religión, en la que todos los
hombres están de acuerdo, (dejando a cada Hermano su propia opinión
particular), o sea, ser hombres buenos y verdaderos, hombres de honor y
honestidad, sin importar los nombres, religiones o convicciones que los
distingan; porque todos ellos están de acuerdo con los tres grandes artículos
de Noé, bastante para mantener el cemento de la logia. Así
la Masonería
es el centro de su unión y la feliz manera de conciliar la verdadera amistad
entre personas que de otra manera deberían haberse quedado a una perpetua
distancia.
VI. 1. Comportamiento en la logia antes de
cerrar: Ningún . . . resentimiento privado ni disputa sobre nación, familia,
religión o política debe, por ningún motivo ni bajo ningún tono ni el
pretexto que sea, ser traída dentro de las puertas de la logia; ya que como
masones somos de la más antigua religión católica, antes mencionada, y de
todas las naciones en la escuadra, el nivel y la plomada; y como nuestros
predecesores de todos los tiempos estamos decidimos en contra de las disputas
políticas, ya que son contrarias a la paz y al bienestar de la logia.
Para apreciar debidamente estos textos que
describen
la Francmasoneria
moderna "especulativa" es necesario compararlos con los
requerimientos correspondientes de las Constituciones "Góticas"
(Cristianas) que reglamentaban las antiguas logias de
la Masonería
"operativa" hasta y después de 1747. Estos requerimientos están
uniformemente resumidos en las sencillas palabras: "El primer encargo es éste,
que sean fieles a Dios y a
la Santa Iglesia
y no incurran en error o herejía". [29] El radical contraste entre los
dos tipos es evidente. Aun cuando un Masón, de acuerdo a
la Antigua Constitución
, se encontraba, ante todo, obligado a ser fiel a Dios y a
la Iglesia
, evitando herejías, sus obligaciones "religiosas", según el nuevo
texto, se reducían esencialmente a la observación de la "ley moral"
resumida prácticamente en los principios de "honor y honestidad" en
los que "todos los hombres están de acuerdo". Esta "religión
universal de
la Humanidad
" que gradualmente elimina las accidentales divisiones de la humanidad
debidas a opiniones particulares "o religiosas", y a los
"prejuicios" nacionales y sociales, debe ser el vínculo de unión
entre los hombres en la sociedad Masónica, concebida como el modelo de asociación
humana en general. "Humanidad" es el término usado para designar al
principio esencial de
la Masonería.
[30] Aparece en un discurso Masónico de 1747. [31] Otras consignas son
"tolerancia", "no-sectarismo", "cosmopolita". El
carácter cristiano de la sociedad bajo el régimen operativo de siglos pasados,
dice Hughan [32] "se cambió por las reglas no-sectarias que debían
incluir bajo su manto a los creyentes de todas las sectas, sin consideración
por sus diferencias de color o región, con tal de que se observaran las
sencillas condiciones de moralidad, edad madura y un voto aceptado". [33]
En
la Masonería Continental
las mismas nociones son expresadas con las palabras "neutralidad",
"la�cit�", "Confessionslosigkeit", etc. En el texto de
1738 un énfasis particular se pone en la "libertad de conciencia" y
se acentía el carácter universal, no-cristiano de
la Masonería. El
Masón es llamado un "verdadero Noahida", i.e. un seguidor del
sistema pre-cristiano y pre-mosaico de la humanidad indivisa. Los " 3 artículos
de No" eran muy probablemente "los deberes para con Dios, para con
el vecino y para consigo mismo" inculcados desde los tiempos más antiguos
en el "Encargo a un Hermano recién recibido". Pueden también hacer
referencia al "amor fraterno, auxilio y verdad", con la "religión"
generalmente definida como el "gran cemento" de la fraternidad y
llamada por Mackey [34] "la consigna de nuestra orden y la característica
de nuestra profesión".
De los masones antiguos ya no se dice que
estaban obligados a "ser de la religión" sino solamente a
"cumplir con las costumbres cristianas de cada país". La designación
de la así llamada religión "no sectaria" como la "antigua
catholick" descubre el intento de contraponer esta religión de
"Humanidad" a
la Católica Romana
como la única verdadera, genuina, y originalmente católica. Se da a entender
también el carácter no sectario de
la Masonería
en la era escogida en la página del título: "En el año 5723 de
la Masonería
" y en la "Historia". Sobre la "Historia" Anderson
mismo comenta en el prólogo (1738):
Sólo un Hermano experimentado, según la
verdadera luz, puede hallar sin esfuerzo muchas convenientes alusiones en casi
cada página de este libro las cuales "Cowans" y otros no iniciados
(incluso entre masones) no pueden percibir.
Así, concluye Krause [35] la
"Historia" de Anderson esta alegóricamente escrita en "lenguaje
codificado". Por eso, lejos de ser "simples alusiones pueriles a
secretos de poca importancia", la tendencia general de esta
"Historia" es el exhibir el "no sectarismo" de
la Masonería.
Dos puntos merecen mención especial: las
declaraciones sobre los estilos de arquitectura "Augusto" y "Gótico"
y la identificación de
la Masonería
con la geometría. El "Augusto", al que se alaba por encima de todos
los otros estilos, se refiere al "Humanismo", mientras que el "Gótico"
al que se culpa de ignorancia y estrechez de espíritu, se refiere a la
ortodoxia cristiana y en particular a la católica romana. La identificación de
la Masonería
con la geometría pone de manifiesto el carácter naturalista de la anterior.
Como
la Sociedad Real
, de la que una grande y muy influyente proporción de los primeros Francmasones
eran miembros [36],
la Masonería
profesa el método geométrico empírico, o "positivista", de
razonamiento y deducción en la investigación de la verdad. [37] En general
parece ser que los fundadores de
la Masonería
pensaron seguir los mismos métodos para sus designios sociales que los que
fueron escogidos por
la Sociedad Real
para sus investigaciones científicas. [38] "
La Geometría
como método se recomienda particularmente a la atención de los masones".
"Bajo esta luz,
la Geometría
puede muy bien considerarse como una lógica natural; puesto que la verdad es
siempre consistente, invariable y uniforme, todas las verdades se pueden
investigar de la misma manera. Las definiciones morales y religiosas, los
axiomas y las proposiciones tienen una regular y cierta dependencia los unos en
los otros tal como cualquiera en física o matemáticas". "Permítanme
recomendarles que persigan tal saber y cultiven tales preceptos de manera a
afianzar el respeto Fraternal de esta sociedad y el honor de su futura promoción
dentro de ella". [39] Es tan sólo por inconsistencia que algunas Grandes
Logias de América del Norte insisten en creer en la inspiración Divina de
la Biblia
como una cualidad necesaria y que no pocos masones en América y Alemania
declaran
la Masonería
esencialmente como una "institución cristiana". Según las Grandes
Logias Alemanas, Cristo es solamente "el sabio y poderoso hombre puro"
par excellence, el principal modelo y maestro de "Humanidad". [40] En
el sistema sueco, practicado por
la Gran Logia
del País Alemán, se dice que Cristo enseña, además de la doctrina
cristiana exotérica destinada al pueblo y a la más torpe muchedumbre de sus
discípulos, una doctrina esotérica para sus discípulos escogidos, tales como
San Juan, en la que negó que El fuera Dios. [41]
La Francmasonería
, se dice, desciende de la sociedad secreta cristiana, en la que se propagó
esta doctrina esotérica. Es evidente, sin embargo, que aun en éste sentido
restringido de Cristianismo "no-sectario",
La Francmasonería
no es una institución cristiana, porque reconoce a muchos modelos y maestros
pre-cristianos de "Humanidad". Todos los masones instruidos están de
acuerdo en la importancia objetiva de este principio Masónico de
"Humanidad", según el cual la creencia en dogmas es cuestión de
importancia secundaria, e incluso es perjudicial para las leyes del amor y la
tolerancia universales.
La Francmasonería
, por consiguiente, se opone no sólo al Catolicismo y al Cristianismo, sino
también al sistema entero de verdad sobrenatural.
Las únicas divergencias serias entre
masones sobre la interpretación de los textos de 1723 y 1738 se refieren a las
palabras: "Y si entiende correctamente el Arte, nunca será un estúpido
Ateo ni un Libertino irreligioso". La controversia acerca del significado
de estas palabras ha sido particularmente aguda desde el 13 de septiembre de
1877, cuando el Gran Oriente de Francia borró el párrafo, introducido en 1854
en sus Constituciones, por el cual la existencia de Dios y la inmortalidad del
alma eran declarados la base de
La Francmasonería
[42] y le dio al primer artículo de sus nuevas Constituciones el siguiente
tenor: "
La Francmasonería
, una institución esencialmente filantrópica, filosófica (naturalista,
adogmatica) y progresista, tiene como objetivo la búsqueda de la verdad, el
estudio de la moralidad universal, de las ciencias y de las artes y la práctica
de la beneficencia. Tiene como principios la absoluta libertad de conciencia y
la solidaridad humana. No excluye a nadie a causa de sus creencias. Su divisa es
Libertad, Igualdad, Fraternidad". El 10 de septiembre de 1878, el Gran
Oriente, además, decretó expurgar de los Rituales y de los procedimientos de
la logia todas las alusiones a dogmas religiosas tales como los símbolos del
Gran Arquitecto,
la Biblia
, etc. Estas medidas atrajeron solemnes protestas de casi todos los órganos
angloamericanos y alemanes y llevaron a la ruptura entre las Grandes Logias
angloamericanas y el Gran Oriente de Francia. Puesto que muchos masones
librepensadores en América y en Europa simpatizaron en esta disputa con los
franceses, ocurrió una ruptura mundial. Bastante recientemente muchas Grandes
Logias de los Estados Unidos se negaron a reconocer
la Gran Logia
de Suiza como un Cuerpo regular, porque guardaba relaciones amistosas con el
ateo Gran Oriente de Francia. [43] Esta ruptura parece mostrar, que en el
precedente párrafo de los "Antiguos Cargos" la creencia en un Dios
personal es declarada como el más importante requisito previo y deber de un Masón
y que
la Masonería
angloamericana, al menos, es un campeón inflexible de esta creencia en
contraste con la impiedad de Masonería latina.
Pero en verdad toda Masonería esta llena
de ambigúedad. Los textos de 1723 y 1738 de la ley fundamental acerca del Ateísmo
son deliberadamente ambiguos. El ateísmo no es condenado de manera afirmativa,
sino sólo suficientemente desaprobado para respetar las exigencias del momento,
cuando un reconocimiento público del ateísmo habría sido fatal a
la Masonería. No
se dice que no se pueden admitir Ateos, o que ningún Masón puede ser un Ateo,
sino sólo que si comprende correctamente el Arte, nunca será un estúpido
Ateo, etc., i.e., que no sostendrá o profesara el Ateísmo de una manera tonta,
con declaraciones, por ejemplo que choquen el sentimiento religioso y causen a
la Masonería
una mala reputación. Y aun tal estúpido Ateo no incurre en crítica más
fuerte que la del simple hecho de que no comprende debidamente el Arte, un
juicio meramente teórico sin ninguna sanción práctica. Tal desaprobación
sirve más bien a alentar el positivismo moderno o el Ateísmo científico.
Escasamente más serio es el rechazo del Ateísmo por las Grandes Logias británicas,
americanas y algunas alemanas en su disputa con el Gran Oriente de Francia. Es
verdad que
la Gran Logia
inglesa, en su comunicación trimestral del 6 de marzo de 1878 [44] aprobó
cuatro resoluciones, en las que declara que el más importante lindero antiguo
de la orden, es la creencia en el Gran Arquitecto del Universo, y se exige una
declaración explícita de esta creencia de parte de los hermanos visitantes
pertenecientes al Gran Oriente de Francia, como un requisito para entrar en las
logias inglesas. Medidas similares fueron tomadas por las Grandes Logias
irlandesas, escocesas, y norteamericanas . Pero esta creencia en un Gran
Arquitecto es tan vaga y simbólica, que casi cada clase de Ateísmo e incluso
el "estúpido" Ateísmo puede ser cubierto por ella. Además, las
Grandes Logias británicas y americanas declaran que se satisfacen totalmente
con tal incertitud, que es, de hecho, sólo una declaración verbal, sin mayor
investigación sobre la naturaleza de esta creencia, y que no sueñan con
declarar que
la Francmasonería
es una "iglesia", un "concilio", o un "sínodo".
Por consiguiente se reconocen como masones incluso aquellos que con Spencer y
otros filósofos Naturalistas de la época llaman a Dios el principio oculto
todopoderoso que opera en la naturaleza, o, tal como los partidarios del
"Handbuch" [45] sostienen que las dos columnas de la religión son
"el sentimiento de la pequeñez del hombre en la inmensidad de espacio y
tiempo", y "la convicción de que todo lo que es real tiene su origen
en lo bueno y de que todo lo que ocurre debe ser para el bien".
Un Gran Orador americano Zabriskie
(Arizona) el 13 de noviembre de 1889 promulgó que "miembros individuales
pueden creer en muchos dioses, si su conciencia y discernimiento así les
mandan". [46] Limousin [47] aprobado por masones alemanes [48] dice:
"La mayoría de los hombres conciben a Dios, según las religiones exotéricas,
como un hombre todopoderoso; otros conciben a Dios como la idea más elevada que
un hombre puede formarse de acuerdo a las religiones esotéricas". Estos últimos
son llamados Ateos según la noción exotérica de Dios rechazada por la
ciencia, pero no son Ateos según la noción esotérica y verdadera de Dios. Al
contrario, añaden otros [49] son menos Ateos que los miembro de una iglesia, de
quienes sólo difieren por tener una idea más alta de Dios o de lo Divino. En
este sentido Thevenot, Gran secretario del Gran Oriente de Francia, en una carta
oficial a
la Gran Logia
de Escocia (30 de enero de 1878), declara: "
La Masonería
francesa no cree que existan Ateos en el sentido absoluto de la palabra"
[50] y Pike mismo [51] reconoce:
Un hombre que tiene una concepción más
alta de Dios que aquellos que lo rodean y que niega que la concepción de ellos
sea Dios, será muy probablemente llamado Ateo por aquellos hombres que son en
realidad mucho menos creyentes en Dios que él, etc.
Así que toda la polémica es meramente
nominal y formal. Además, hay que notar que la cláusula que declara que la
creencia en el Gran Arquitecto es un requisito de admisión fue introducida, en
el texto de las Constituciones de
la Gran Logia
de Inglaterra, solamente en 1815 y este texto dice: "Un Masón por
consiguiente esta particularmente obligado a nunca actuar en contra de los
dictados de su conciencia", con lo que
la Gran Logia
de Inglaterra parece reconocer que la libertad de conciencia es el principio
supremo de
la Francmasonería
y que predomina por encima de todos los demás en caso de conflicto. Se implica
asimismo la misma supremacía de la libertad de conciencia en el carácter
no-sectario, que los masones angloamericanos reconocen como la esencia más
profunda de
la Masonería.
"Dos principios", dijo el Emperador alemán Federico III, en un
discurso solemne a masones en Estrasburgo el 12 de septiembre de 1886,
"caracterizan sobre todo nuestros propósitos, a saber, la libertad de
conciencia y la tolerancia"; y el "Handbuch" [52] justamente hace
notar que la libertad de conciencia y la tolerancia fueron por eso promulgadas
como los cimientos de
la Masonería
por la más alta autoridad Masónica de Alemania.
Por tanto el Gran Oriente de Francia tiene
razón sobre la esencia de la cuestión, según el punto de vista Masónico;
pero se ha apartado de la tradición al suprimir símbolos y formulaciones simbólicas,
las cuales, si se comprenden debidamente, de ninguna manera implican aserciones
dogmóticas y no se pueden rechazar sin dañar la obra de
la Masonería
, ya que ésta necesita de formulas religiosas ambiguas adaptables a cada forma
de creencia y a cada fase de desarrollo moral. Desde este punto de vista los símbolos
del Gran Arquitecto del Universo y de
la Biblia
son verdaderamente de suma importancia para
la Masonería. Así
que, varias Grandes Logias que al principio habían imitado el radicalismo
francés, finalmente guardaron esos símbolos. Un representante de
la Gran Logia
de Francia escribe en este sentido a Findel: "Estamos completamente de
acuerdo con ustedes en considerar todos los dogmas, sean positivos o negativos,
como radicalmente contradictorios con
la Masonería
, cuya enseñanza debe ser propagada sólo por símbolos. Y los símbolos pueden
y deben ser explicados por cada quien según su propia comprensión; por eso
sirven para mantener la concordia. Por eso nuestra Gran Logia, de manera
facultativa, retiene el Símbolo del Gran Arquitecto del Universo, ya que cada
quien puede concebirlo de acuerdo a sus convicciones personales. [A las logias
se les permite el retener los símbolos, pero no hay ninguna obligación de
hacerlo así, y muchas no lo hacen.] Excomulgarse los unos a los otros a causa
de cuestiones metafásicas, nos parece a nosotros los masones la cosa más
indigna que se puede hacer". [53] El órgano oficial de
la Masonería
italiana incluso recalca: "La fórmula del Gran Arquitecto, que se
reprocha a
la Masonería
como ambigua y absurda, es la afirmación más liberal y justa del inmenso
principio de la existencia y puede representar ya sea al (revolucionario) Dios
de Mazzini como al Satanás de Giosue Carducci (en su famoso himno a Satanás);
Dios, como fuente de amor, no de odio; Satanás, como el genio de lo bueno, no
de lo malo". [54] En ambas interpretaciones es en realidad el principio de
la Revolución
que adora
la Masonería
italiana.
IV.
PROPAGACION Y EVOLUCION DE
LA MASONERÍA
Los miembros de
la Gran Logia
formada en 1717 por la unión de cuatro logias antiguas, fueron hasta 1721
pocos en número e inferiores en calidad. La entrada de varios miembros de
la Sociedad Real
y de la nobleza cambió la situación. Desde 1721 se han extendido a través de
Europa. [55] Esta rápida propagación fue principalmente debida al espíritu de
los tiempos que, cansado de las disputas religiosas, intranquilo bajo la
autoridad eclesiástica y descontento con las condiciones sociales existentes,
buscó la iluminación espiritual y el consuelo en los misterios antiguos y deseó,
uniendo hombres de tendencias afines, reconstruir la sociedad sobre una base
completamente humana. En esas circunstancias
la Francmasonería
con su vaguedad y elasticidad, pareció a muchos un excelente remedio. Para
adaptarse a las necesidades de países y clases sociales diferentes, el sistema
original (1717-23) fue sometido a modificaciones más o menos profundas. En
1717, contrariamente a Gould [56], solo una sencilla ceremonia de admisión o un
grado parece haber estado en uso [57] en 1723 dos aparecen tal como lo reconoció
la Gran Logia
de Inglaterra: "Aprendiz Ingresado" y "Compañero del Gremio o
Maestro". El sistema de tres grados, practicado primero alrededor de 1725,
llegó a ser universal y oficial solamente después de 1730. [58] Los símbolos
y formas rituales, tal como fueron practicados desde 1717 hasta la introducción
de más grados después de 1738, junto con los "Antiguos Cargos" de
1723 o 1738, se consideran como
la Francmasonería
pura original. Un cuarto, el grado "Arco Real" [59] usado al menos
desde 1740, es primeramente mencionado en 1743, y aunque ajeno al sistema de
la Masoner�a
pura y antigua [60] es muy caracter�stico de
la Masoner�a
anglosajona posterior. En 1751 una rival,
la Gran Logia
de Inglaterra, "seg�n las Instituciones Antiguas" fue establecida y,
por la actividad de su Gran secretario, Lawrence Dermott, pronto super� a
la Gran Logia
de 1717. Los miembros de esta Gran Logia son conocidos con la denominaci�n de
"Masones Antiguos". Se llaman tambi�n "Masones de York" por
referencia, no a la ef�mera Gran Logia de toda Inglaterra en York, mencionada
en 1726 y reavivada en 1761, sino a la supuesta primera Gran Logia de Inglaterra
congregada en 926 en York. [61] Por fin,
la Gran Logia
Unida de Inglaterra, gan� el control adoptando en 1813 sus formas rituales.
En su esp�ritu religioso
la Masoner�a
anglosajona despu�s de 1730 retrograd� indudablemente hacia una b�blica
ortodoxia cristiana. [62] Este movimiento es atestado por
la Cristianizaci�n
de los rituales y por la popularidad de los trabajos de Hutchinson, Preston, y
Oliver con los masones angloamericanos. Es debido principalmente al
conservatismo de la sociedad angl�fona en cuestiones religiosas, a la
influencia de miembros eclesi�sticos y a la instituci�n de "capellanes de
la Logia
" mencionados en los archivos ingleses desde 1733. [63] La reforma
provocada por los art�culos de uni�n entre las dos
Grandes Logias de Inglaterra (1 diciembre, 1813) consisti�
sobre todo en la restauraci�n del car�cter no-sectario, de acuerdo con el cual
toda alusi�n a una religi�n particular (cristiana) se debe omitir en los
procedimientos de la logia. Adem�s, se decret� que "habr� la m�s
perfecta unidad de obligaci�n de disciplina, o funcionamiento. . . seg�n los
genuinos linderos, leyes y tradiciones. . . en todo el mundo mas�nico desde el
d�a y fecha de la dicha uni�n (1 diciembre, 1813) hasta que el tiempo no sea
m�s". [64] Tomando esta acci�n la Gran Logia Unida sobrestimo su
autoridad. Su decreto fue respetado, hasta cierto punto, en los Estados Unidos,
donde la Masoner�a, primero introducida hacia 1730, sigui� en general las
fases de evoluci�n Mas�nica en la madre patria.
El t�tulo de Madre-Gran Logia de los Estados Unidos fue el
objeto de una prolongada y apasionada pol�mica entre las Grandes Logias de
Pennsylvania y Massachusetts. La opini�n predominante actualmente es que, desde
tiempo inmemorial, i.e., antes de las autorizaciones de la Gran Logia [65]
existi� en Filadelfia una logia regular con archivos fechados de 1731. [66] En
1734 Benjam�n Franklin public� una edici�n del "Libro de
Constituciones" ingl�s. Los principales representantes de la Gran Logia
moderna de Inglaterra en los Estados Unidos eran Coxe y Price. Los estatutos de
varias logias fueron establecidos por la Gran Logia de Escocia. Despu�s de
1758, sobre todo durante la Guerra de Independencia, 1773-83, la mayor parte de
las logias pasaron a los "Ancianos". La uni�n de los dos sistemas en
Inglaterra (1813) fue seguida por una uni�n similar en Am�rica. La forma real
del rito americano desde entonces practicada se debe principalmente a Webb
(1771-1819), y a Cross (1783-1861).
En Francia y Alemania, al principio, la Masoner�a fue
practicada seg�n el ritual ingl�s [67] pero la as� llamada Masoner�a
"escocesa" pronto apareci�. Puesto que s�lo los nobles eran entonces
considerados admisibles en la buena sociedad como miembros totalmente
calificados, la sociedad de caballeros Mas�nicos se interpret� como una
sociedad de Gentilshommes, i.e., de nobles o por lo menos de hombres
ennoblecidos o armados caballeros por la sola admisi�n en la orden, la cual
seg�n el antiguo ritual ingl�s todav�a en uso, es "m�s honorable que el
Vell�n de Oro, o la Estrella o la Jarretera o cualquier otra Orden bajo el
Sol". La pretendida asociaci�n de la Masoner�a con las �rdenes de
caballeros guerreros y con las religiosas era mucho m�s aceptable que la idea
de un desarrollo a partir de las cofrad�as de labradores de cantera. As� pues
un discurso presentado por el Caballero escoc�s Ramsay delante de la Gran Logia
de Francia en 1737 e introducido por Tierce en su primera edici�n francesa del
"Libro de Constituciones" (1743) como un "discurso del Gran
Maestro", marc� su �poca. [68] En ese discurso la Masoner�a fue datada
desde "la intima asociaci�n de la orden con los Caballeros de San Juan de
Jerusal�n" durante las Cruzadas; y se dijo que las "antiguas logias
de Escocia" hab�an conservado la Masoner�a genuina, perdida por las
inglesas. Poco despu�s de 1750, sin embargo, y dado que la practica de ciencias
ocultas fue atribuida a los Templarios, su sistema fue f�cilmente adaptable a
toda clase de prop�sito Rosacruz y a pr�cticas tales como la alquimia, la
magia, la c�bala, el espiritismo, y la necromancia. La supresi�n de la orden
con la historia del Gran Maestro Jacques de Molay y su pretendido renacimiento
en la Masoner�a, reproducido en la leyenda de Hiram, representando la ca�da y
la resurrecci�n del justo o la supresi�n y la restauraci�n de los derechos
naturales del hombre, se adaptaba admirablemente con ambos sistemas, cristiano y
revolucionario, de los grados elevados. Los principales sistemas Templarios del
siglo XVIII fueron el sistema de la "Estricta Observancia", organizado
por el estafador Rosa y propagado por el entusiasta von Hundt; y el sistema
sueco, constituido por los grados franceses y escoceses en Suecia.
En ambos sistemas se promet�a obediencia a superiores
desconocidos. Se supuso falsamente que la cabeza suprema de estos sistemas
Templarios, que eran rivales entre si, fue el impostor Jacobino, Charles Edward,
quien declar� en 1777, que nunca hab�a sido un Mas�n. [69] Casi todas las
logias de Alemania, Austria, Hungr�a, Polonia, y Rusia estuvieron, en la
segunda mitad del siglo XVIII, envueltas en la disputa entre estos dos sistemas.
En las logias de Francia y otros pa�ses [70] la admisi�n de mujeres a las
reuniones de las logias ocasionaron una inmoralidad escandalosa. [71] El
esp�ritu revolucionario se manifest� muy pronto en la Masoner�a francesa. Ya
en 1746 en el libro "La Franc-Ma�onnerie, �cras�e", un experto
ex-Mas�n, quien, siendo Mas�n, hab�a visitado muchas logias en Francia e
Inglaterra, y consultado encumbrados masones con cargos oficiales, describi�
como el verdadero programa Mas�n un programa que, seg�n Boos, el historiador
de La Francmasoner�a (p�g. 192), en grado asombroso coincide con el programa
de la gran Revoluci�n francesa de 1789. En 1776 este esp�ritu revolucionario
fue llevado a Alemania por Weisshaupt por medio de un sistema conspirador, que
pronto se extendi� por todo el pa�s. [72] Charles Augustus de Saxe-Weimar, el
Duque Ernest de Gotha, el Duque Ferdinand de Brunswick, Goethe, Herder,
Pestalozzi, etc., son mencionados como miembros de esta orden de Illuminati. Muy
pocos miembros, sin embargo, fueron iniciados en los m�s altos grados. Los
Illuminati franceses inclu�an a Condorcet, el Duque de Orleans, Mirabeau y
Siey�s. [73] Despu�s del Congreso de Wilhelmsbade (1782) se hicieron reformas
en Alemania y en Francia. Los principales reformadores alemanes, L. Schr�der
(Hamburg) e I.A. Fessler, trataron de restaurar la sencillez y pureza
originales. El sistema de Schr�der es de hecho practicado por la Gran Logia de
Hamburgo, y un sistema modificado (Schr�der-Fessler) por la Gran Logia Real
York (Berl�n) y la mayor�a de las logias de la Gran Logia de Bayreuth y
Dresden. Las Grandes Logias de Frankfort-on-the-Main y Darmstadt practican un
ecl�ctico sistema basado en el ritual ingl�s. [74] Exceptuando a la Gran Logia
York Real, que tiene "Orientaciones Internas" y una "Orientaci�n
m�s profunda" escocesas, las otras rechazan los altos grados. La m�s
grande Gran Logia de Alemania, la Nacional (Berl�n), practica un sistema
escoc�s corregido (Observancia Estricta) de siete grados y el "Landes
Grossloge" y sistema sueco de nueve grados. El mismo sistema es practicado
por las Grandes Logias de Suecia, Noruega, y Dinamarca. Estos dos sistemas aun
declaraban que la Masoner�a es una instituci�n cristiana y, como la Gran Logia
York Real, se negaban a iniciar jud�os. Findel dice que la raz�n principal es
para evitar que la Masoner�a sea dominada por gente cuyos fuertes apegos
raciales son incompatibles con el car�cter no-sectario de la instituci�n. [75]
El principal sistema en los Estados Unidos (Charleston,
Carolina del Sur) es el llamado Antiguo y Aceptado Rito escoc�s, organizado en
1801 sobre la base del Rito franc�s escoc�s de perfecci�n, que fue
establecida por el Consejo de los Emperadores de Este y Oeste (Par�s, 1758).
Este sistema, que se propag� por todo el mundo, puede considerarse como el tipo
revolucionario de la Masoner�a Templaria francesa, que lucha por los derechos
naturales del hombre en contra de los despotismos religiosos y pol�ticos,
simbolizados por la tiara papal y una corona real. Se esfuerza por ejercer una
influencia preponderante sobre las otras organizaciones Mas�nicas, dondequiera
que se establezca. Esta influencia le es garantizada por los sistemas Gran
Oriente de los pa�ses latinos; se resiente aun en Gran Breta�a y Canad�,
donde los jefes supremos de gremios de la Masoner�a son tambi�n, en general,
miembros prominentes de los Consejos Supremos del Rito escoc�s. Hab�a, en
1908, veintis�is Consejos Supremos universalmente reconocidos del Antiguo y
Aceptado Rito escoc�s: EE.UU. de Am�rica: Jurisdicci�n del sur (Washington),
establecida en 1801; Jurisdicci�n del norte (Boston), 1813; Rep�blica
Argentina (Buenos Aires), 1858; B�lgica (Bruselas), 1817; Brasil (R�o de
Janeiro), 1829; Chile (Santiago), 1870; Colon, para las Islas de la India
Occidental (La Habana), 1879; Colombia (Cartagena); Rep�blica Dominicana (S.
Domingo); Inglaterra (Londres), 1845; Egipto (Cairo), 1878; Francia (Par�s),
1804; Grecia (Atenas), 1872; Guatemala (para Centroam�rica), 1870; Irlanda
(Dubl�n), 1826; Italia (Florencia), 1858; M�xico 1868); Paraguay (Asunci�n);
Per� (Lima), 1830; Portugal (Lisboa), 1869; Escocia (Edinburgo), 1846; Espa�a
(Madrid), 1811; Suiza (Lausana), 1873; Uruguay (Montevideo); Venezuela
(Caracas). Consejos Supremos no universalmente reconocidos exist�an en
Hungr�a, Luxemburgo, N�poles, Palermo, Roma, Turqu�a. Los fundadores del
rito, para darle un gran esplendor, inventaron la f�bula de que Federico II,
Rey de Prusia, fue su verdadero fundador, y esta f�bula, bajo la autoridad de
Pike y Mackey, se manten�a todav�a como probable en la edici�n de la
"Enciclopedia" de Mackey (1908). [76]
V. ORGANIZACION Y ESTAD�STICAS
La caracter�stica distintiva de organizaci�n de la
Masoner�a especulativa es el sistema de la Gran Logia fundado en 1717. Cada
Gran Logia regular o Consejo Supremo en el sistema escoc�s, o Gran Oriente en
el sistema mixto, constituye una organizaci�n soberana e independiente con
poderes legislativo, judicial y ejecutivo. Se compone de las logias o
organizaciones inferiores de su jurisdicci�n o de sus representantes reunidos
de modo regular y de los grandes oficiales elegidos. Una logia debidamente
constituida ejerce la misma autoridad, pero en una esfera m�s restringida. Los
oficiales indispensables de una logia son el Maestro Adorador [77] el Guardi�n
Mayor y Menor, y el Tejador. El maestro y los guardianes son normalmente
auxiliados por dos di�conos y dos mayordomos para el trabajo ceremonial y
social y por un tesorero y un secretario. Muchas logias tienen un Capell�n para
las ceremonias y discursos religiosos. Los mismos oficiales en mayores
cantidades y con rimbombante t�tulos (Gran Maestro Muy Adorador, Soberano Gran
Comandante, etc.) existen en las Grandes Logias. Como los gastos de los miembros
son fuertes, s�lo personas ricas pueden permitirse el pertenecer a la
fraternidad. Se restringe adem�s el n�mero de candidatos por prescripciones
con relaci�n a sus cualidades morales, intelectuales, sociales y f�sicas, y
por una reglamentaci�n que exige la unanimidad de votos secretos para su
admisi�n. As� que, contrariamente a su pretendida universalidad, La
Francmasoner�a parece ser una sociedad muy exclusiva, tanto as� que es una
sociedad secreta, cerrada al mundo profano del com�n de los mortales. "La
Francmasoner�a", dice la "Keystone" ("Piedra Angular")
de Filadelfia [78]
"no tiene derecho a ser popular. Es una sociedad
secreta. Es para los pocos, no para los muchos, para los escogidos, no para las
masas."
En la pr�ctica, en verdad, las prescripciones acerca de los
dones intelectuales y morales no son rigurosamente obedecidas:
"Cantidad se admiten . . . cuyo �nico objetivo es hacer
de su membresia un medio para promover su inter�s pecuniario". [79]
"Hay un numero considerable de nuevo, que aprecia La
Francmasoner�a �nicamente por las reuniones sociables que le son
atribuidas."
"De nuevo he o�do hombres que dicen abiertamente, que
se hab�an afiliado para tener acceso a cierta clase de individuos, como asunto
de negocios, y que fueron obligados a hacerlo porque cada quien as� lo hac�a.
Adem�s hay un gran numero que se afilian por curiosidad o tal vez, porque
alguien en una posici�n por encima de ellos es mas�n."
"Muy semejante a esto es esa clase de individuos que
desean una asociaci�n simp�tica". [80]
"En la Masoner�a encuentran los medios de tener f�cil
acceso a una sociedad, que se les niega por convenciones sociales. Tienen
riqueza pero ni el nacimiento ni la educaci�n que les permitan ser elegibles
para relaciones corteses y distinguidas."
"El negocio nunca esta ausente de sus palabras y
actos."
"El cuerpo Mas�nico incluye un gran n�mero de
publicanos." [81]
De la regla Mas�nica -- amor fraterno, ayuda, y verdad --
son seguramente las dos primeras, especialmente tal como se entienden en el
sentido de ayuda mutua en todas las emergencias de la vida, las principales
razones de adhesi�n para la mayor parte de los candidatos. Esta asistencia
mutua, simbolizada sobre todo por los cinco puntos de confraternidad y el
"gran saludo en se�al de desgracia" del tercer grado, es una de las
caracter�sticas fundamentales de la Francmasoner�a. Por su juramento el
Maestro Mas�n se compromete a mantener y sostener los cinco puntos de
confraternidad de hecho as� como de palabra, i.e., asistir a todo Maestro
Mas�n en cada ocasi�n seg�n sus facultades, y en especial cuando haga la
se�al de desgracia. En Duncan, "Ritual americano" (229), el
Archi-Mas�n Real jura incluso:
Ayudar� a un compa�ero Archi-Mas�n Real, cuando lo vea
metido en cualquier dificultad y tomar� su causa para liberarlo del problema
tenga o no raz�n.
Es un hecho atestado por hombres experimentados de todos
pa�ses que, dondequiera que la Masoner�a es influyente, los no-masones sufren
en sus intereses por la preferencia sistem�tica que masones se dan el uno al
otro en nombramientos a cargos y empleos. Incluso Bismarck [82] se quej� de los
efectos de esta ayuda Mas�nica mutua, que es perjudicial asimismo para la
igualdad c�vica que para los intereses p�blicos. En libros y revistas Masones,
los actos il�citos y traicioneros, ejecutados para prestar esta ayuda mutua,
son recomendados y alabados como una gloria de La Francmasoner�a. "Las
mismas leyes inexorables de la guerra", dice el orador oficial del Gran
Oriente de Francia, Lef�bvre d'Aumale [83] "tienen que doblegarse delante
de La Francmasoner�a, lo que es quiz�s la demostraci�n m�s notable de su
poder. Una se�al bast� para detener la matanza; los combatientes tiraron sus
armas, se abrazaron el uno al otro fraternalmente y se volvieron enseguida
amigos y Hermanos como sus juramentos lo prescriben", y el
"Handbuch" [84] lo declara: "esta se�al ha tenido efectos
ben�ficos, particularmente en tiempos de guerra, cuando frecuentemente aplaca a
los m�s acerbos enemigos, de manera que escuchan la voz del humanismo y se dan
ayuda mutua en lugar de matarse el uno al otro". [85] Incluso la
ampliamente propagada sospecha, de que a veces la justicia es frustrada y
criminales Masones son salvados de un merecido castigo, no se puede estimar
infundada. La dicha pr�ctica de ayuda mutua es tan reprensible que los mismos
autores Masones [86] la condenan severamente. "Si", dice el Hermano
Marbach (23), "La Francmasoner�a pudiera verdaderamente ser una
asociaci�n, e incluso una secreta, de hombres de los m�s diversos rangos de la
sociedad, ayud�ndose y promovi�ndose el uno al otro, ser�a una asociaci�n
inicua, y los polic�as no tendr�an deber m�s urgente que el
exterminarla."
Otra caracter�stica de la ley Mas�nica es que
"traici�n" y "rebeli�n" en contra de la autoridad civil
son declaradas s�lo como cr�menes pol�ticos, que no afectan la buena
reputaci�n de un Hermano m�s que la herej�a, y no proporcionan ninguna raz�n
para un juicio Mas�nico. [87] La importancia que la Masoner�a atribuye a este
punto se manifiesta por el hecho de que se publica en el Art�culo II de los
"Antiguos Cargos", que define los deberes de un Francmas�n con
respecto a las autoridades Estatales y civiles. Comparado con el mandato
correspondiente de las constituciones "g�ticas" de la masoner�a
operativa, no es nada menos ambiguo que el Art�culo I acerca de Dios y de la
religi�n. Las antiguas Constituciones g�ticas c�ndidamente ordenaban:
"Asimismo ser�s fiel vasallo del Rey sin traici�n ni mentira y que no
conocer�s traici�n sin enmendarla, si puedes, sino advertir�s de ella al Rey
o a su consejo". [88] El segundo art�culo de La Francmasoner�a moderna
especulativa (1723) dice:
De los magistrados civiles, supremos y subordinados. Un
Mas�n es un pac�fico sujeto de las Autoridades Civiles, dondequiera que reside
o trabaja, y nunca tendr� nada que ver con Complots ni Conspiraciones en contra
de la paz y el bienestar de la Naci�n, ni se comportara de manera indebida con
los Magistrados subalternos; Porque la Masoner�a siempre ha sido perjudicada
por la Guerra, el derramamiento de sangre y la Confusi�n, los antiguos Reyes y
Pr�ncipes han sido muy bien dispuestos a alentar a los masones, debido a su
Pacifismo y Lealtad, con lo que pr�cticamente contestaron a las Criticas de sus
adversarios y promovieron el Honor de la Fraternidad, que siempre floreci� en
Tiempos de Paz. De manera que si un Hermano pudiera Rebelarse en contra del
Estado, su Rebeli�n no se debe aprobar, pero se le debe tener lastima como a un
hombre infeliz; y, si no se le declara culpable de ning�n otro Crimen, sin
embargo, la fiel Hermandad tiene que y debe repudiar su Rebeli�n, y no debe
tener resentimiento ni Raz�n de Envidias pol�ticas hacia el Gobierno por el
momento; no pueden expulsarlo de la Logia y su Relaci�n a con ella es
inabrogable.
As� que la rebeli�n, seg�n la Masoner�a especulativa
moderna, es s�lo desaprobada cuando se conspira contra la paz y el bienestar de
la naci�n. La hermandad debe rechazar la rebeli�n, pero s�lo para preservar a
la fraternidad de problemas por parte de las autoridades civiles. Un hermano,
por tanto, culpable de rebeli�n no puede ser expulsado de la logia; Por el
contrario, sus compa�eros masones est�n particularmente obligados a
compadecerse de �l en su infortunio cuando �l (en prisi�n o frente a las
cortes) tenga que sufrir de las consecuencias de su rebeli�n, y le dar�n
fraternal ayuda tanto como puedan. La Francmasoner�a misma como organizaci�n
es muy pac�fica y leal, pero no desaprueba; al contrario, alaba aquellos
hermanos que por amor de la libertad y del bienestar nacional complotan con buen
�xito en contra de monarcas y otros gobernantes desp�ticos, aun cuando, como
asociaci�n de utilidad p�blica exija privilegios y protecci�n de los reyes,
pr�ncipes, y otros altos dignatarios para el �xito de su obra pac�fica.
"La lealtad a la libertad", dice "la Cr�nica del
Francmas�n" [89] "pasa por encima de todas las otras
consideraciones". La sabidur�a de esta reglamentaci�n, observa Mackey
[90] "ser� evidente cuando consideremos que, si la traici�n o la
rebeli�n fueran cr�menes masones, casi cada mas�n en las Colonias Unidas, en
1776, habr�a sido sometido a expulsi�n y cada Logia a la confiscaci�n de su
autorizaci�n por las Grandes Logias de Inglaterra y Escocia, bajo cuya
jurisdicci�n estaban en ese momento."
Un enga�oso refr�n es "Mas�n una vez, Mas�n
siempre". Esto a menudo se interpreta como que "el v�nculo Mas�nico
es indisoluble, y que no hay ninguna remisi�n de sus consecuencias" [91] o
"Obligaciones" [92] que ni siquiera la muerte puede cortar la uni�n
de un Mas�n con la Francmasoner�a. [93] Pero indudablemente un Mas�n tiene el
"derecho de demisionar" [94] y este derecho, cualquiera que sea la
opini�n de la jurisprudencia Mas�nica y seg�n los derechos naturales e
inalienables del hombre, se extiende hasta un retiro completo no s�lo de la
logia sino tambi�n de la hermandad. En la escala de penas Mas�nicas, la
"expulsi�n" es la m�s grave. [95] Adem�s de aquellos que han sido
expulsados o que han renunciado hay muchos masones "no afiliados" que
han cesado de ser miembros "activos" de una logia, pero, seg�n la ley
Mas�nica, la cual, por supuesto, no puede obligar m�s que de lo que esta
autorizada por las reglas generales de la moralidad, quedan sujetos a la logia
dentro de la jurisdicci�n de la cual ellos residen.
Sobre la unidad, las autoridades Mas�nicas un�nimemente
afirman que la Francmasoner�a en todo el mundo es una sola, y que todos los
francmasones constituyen en realidad una sola logia; que las diferentes logias
existen s�lo por conveniencia, y que por consiguiente todo Mas�n regular tiene
derecho a ser recibido en toda logia regular del mundo como un hermano, y, en
caso de que est� en apuros, a que se le ayude. El buen entendimiento entre
masones de diferentes pa�ses es favorecido por las relaciones personales y por
la correspondencia, especialmente entre las oficinas de los grandes secretarios,
y por los congresos internacionales [96] que llevaron al establecimiento, en
1903, de una oficina permanente internacional en Neuch�tel, Suiza. [97] No hay
ninguna Gran Logia general o direcci�n de la Francmasoner�a, aunque varios
intentos se han hecho en casi cada uno de los m�s grandes estados o pa�ses
para establecer una. Disensiones incesantes entre sistemas y Cuerpos Mas�nicos
son caracter�sticas de la Francmasoner�a en todos los pa�ses y �pocas. Pero
la unidad federal de la Francmasoner�a basta para demostrar una verdadera
solidaridad entre masones y Cuerpos Mas�nicos en todo el mundo; De donde viene
la acusaci�n de complicidad en las maquinaciones que algunos de ellos tienen.
Esta solidaridad es p�blicamente reconocida por autoridades Mas�nicas. Pike,
por ejemplo, escribe [98]
Cuando el peri�dico en Londres que habla de la
Francmasoner�a de la Gran Logia de Inglaterra, con menosprecio protest� que la
Francmasoner�a inglesa era inocente de las acusaciones proferidas por la Bula
Papal (Encycl. 1884) contra la Francmasoner�a, cuando declar� que la
Francmasoner�a inglesa no ten�a ninguna opini�n pol�tica ni religiosa, y que
ni en el menor grado simpatizaba con las permisivas opiniones ni con las
extravagantes declaraciones de una fracci�n de la Francmasoner�a Continental,
recibi� muy justamente y de manera muy concluyente un jaque mate por los
Organos Romanos con la respuesta, 'le es in�til protestar. Ustedes son
francmasones y usted los reconocen como francmasones. Ustedes les dan
aprobaci�n, est�mulo y apoyo y son responsables junto con ellos y no pueden
evitar esa responsabilidad'.
Ya que estad�sticas exactas no siempre se tienen y que los
m�todos de enumeraci�n difieren en los diferentes pa�ses, las cantidades
totales s�lo pueden ser aproximadas. Por eso en la mayor�a de las logias de
los Estados Unidos s�lo los Maestros (tercer grado) son contados, mientras que
en otros pa�ses se suman los aprendices y los compa�eros. Hay adem�s muchos
masones no afiliados (que han cesado de ser miembros de una logia) que no se
incluyen. Se estima su n�mero a dos tercios del de los masones activos. En
Inglaterra un Mas�n puede actuar como miembro de varias logias. Confirmando
nuestra declaraci�n acerca de los miembros activos de los Cuerpos estrictamente
Mas�nicos, que en calendarios y libros del a�o est�n registrados como tales,
podemos, seg�n fuentes recientes y fidedignas [99] estimar la situaci�n actual
de la Francmasoner�a como sigue (alrededor de 1900): Grandes Orientes, Grandes
Logias, Consejos Supremos, y otros G. Cuerpos escoceses, 183; logias 26,500;
masones, aproximadamente 2,000,000; el n�mero de los Grandes Cap�tulos del
Arco Real es: en los Estados Unidos 2968 cap�tulos subordinados, bajo un Gran
Cap�tulo General; Inglaterra, 46 Grandes Cap�tulos con 1015 cap�tulos
subordinados; Colonias inglesas y centros Mas�nicos extranjeros, 18 Grandes
Cap�tulos con 150 cap�tulos subordinados. El censo de la masoner�a de gremio
es como sigue:
Gran Breta�a y Colonias (excluyendo a Canad�): 4.670
logias; 262.651 miembros
Canad�: 727 logias; 60.728 miembros
Estados Unidos (Blanco): 12.916 logias; 1.203.159 miembros
Estados Unidos (de color): 1.300 logias; 28.000 miembros
Pa�ses latinos: 2.500 logias; 120.000 miembros
Otros pa�ses europeos: 771 logias; 90.700 miembros
Africa: 53 logias; 2.150 miembros
Total: 22.937 logias; 1.767.388 miembros
VI. TRABAJO INTERNO DE LA FRANCMASONERIA:
SIMBOLISMO MASONICO Y JURAMENTOS
"Del principio al fin", dice Pike [100] "la
Masoner�a es trabajo". El "trabajo" Mas�nico, propiamente
dicho, es el trabajo ritual interno secreto por el que los Masones se hacen y
son educados para el trabajo externo, que es acci�n para el bienestar de la
humanidad seg�n los principios Mas�nicos. Los Masones son hechos por las tres
ceremonias de iniciaci�n (primer grado), pasaje (segundo grado), y crecimiento
(tercer grado). Los s�mbolos exhibidos en estas ceremonias y explicados de
acuerdo a los principios Mas�nicos y a las indicaciones verbales dadas en los
rituales y en las conferencias de los tres grados, constituyen el manual de
instrucci�n Mas�nica. La educaci�n as� empezada se completa por la vida
total de la logia, en la que se aconseja a cada Mas�n el tomar una parte
activa, asistiendo regularmente a las reuniones de la logia, aprovechando,
seg�n su habilidad, los medios que la Masoner�a le ofrece, perfeccion�ndose
en conformidad con los ideales Mas�nicos, y contribuyendo a las discusiones de
temas Mas�nicos y a un buen gobierno de la logia, que se representa como un
modelo del gobierno de la sociedad en general. La logia debe ser un tipo del
mundo [101] y los masones tienen la intenci�n de tomar parte en la
regeneraci�n de la raza humana. [102] "El simbolismo de la
Francmasoner�a", dice Pike en una carta a Gould del 2 de diciembre de 1888
[103] "es el alma misma de la Masoner�a." Y Boyd, el Gran Orador de
Missouri, confirma: "es del principio al fin, s�mbolo, s�mbolo,
s�mbolo". [104]
Las principales ventajas de este simbolismo, que no es particular a la
Francmasoner�a sino que se refiere a los misterios y doctrinas de todas las
edades y de todos los factores de la civilizaci�n, es el siguiente: (1) Siendo
adaptable a todas las opiniones posibles, doctrinas, y gustos, atrae al
candidato y fascina al iniciado. (2) conserva la unidad no-sectaria de la
Francmasoner�a a pesar de diferencias profundas de religi�n, raza, sentimiento
nacional, y tendencias individuales. (3) resume la sabidur�a te�rica y
pr�ctica de todas las edades y naciones en un idioma universalmente
inteligible. (4) entrena al Mas�n a considerar las instituciones existentes,
religiosas, pol�ticas, y sociales, como fases pasajeras de la evoluci�n humana
y a descubrir por su propio estudio las reformas que se deben realizar en nombre
del progreso Mas�nico, y los medios para realizarlas. (5) le ense�a a ver en
las doctrinas y dogmas predominantes tan s�lo las concepciones subjetivas o los
s�mbolos cambiantes de una verdad universal m�s profunda en el sentido de los
ideales Mas�nicos. (6) permite a la Francmasoner�a disimular sus verdaderos
prop�sitos de los profanos, e incluso de aquellos de entre los iniciados que
son incapaces de apreciar esos objetivos, como la Masoner�a se propone.
"La Masoner�a", dice Pike, " oculta celosamente sus secretos e
intencionalmente lleva al error a los int�rpretes presumidos". [105]
"Parte de los S�mbolos son mostrados . . . al Iniciado, pero es
intencionalmente enga�ado con interpretaciones falsas". [106] "Los
iniciados son pocos aunque muchos oyen el Thyrsus". [107] "El
significado de los S�mbolos no se descubre enseguida. Les damos s�lo
indicaciones generales. Debe descubrir el significado profundo y misterioso por
s� mismo". [108] "es para cada uno de los Masones el descubrir el
secreto de la Masoner�a por la reflexi�n en sus s�mbolos y por una sabia
consideraci�n de lo que es dicho y hecho en el trabajo". [109] "El
grito universal en todo el mundo Mas�nico", dice Mackey [110] "es por
la luz; nuestras logias de ahora en adelante ser�n escuelas, nuestra labor
ser� estudiar, nuestro sueldo ser� aprender; los tipos y s�mbolos, los mitos
y alegor�as de la instituci�n empiezan apenas a investigarse con referencia al
significado fundamental y los Francmasones ahora comprenden completamente la tan
frecuentemente citada definici�n, que la Masoner�a es una ciencia de moralidad
oculta en alegor�as e ilustrada por s�mbolos."
Los s�mbolos Mas�nicos pueden y son interpretados en
sentidos diferentes. Eclesi�sticos ortodoxos anglicanos trataron todo el
simbolismo del Antiguo y Nuevo Testamentos en relaci�n con el simbolismo del
Templo de Salom�n como un simbolismo Mas�nico y a la Masoner�a como a la
"sirvienta de la religi�n" [111] que, "en casi todas partes de
cada grado se refiere distinta y plenamente a un Salvador crucificado".
[112] Muchos autores Mas�nicos en los pa�ses latinos [113], y algunos de los
principales autores angloamericanos [114], declaran que el simbolismo Mas�nico
en su original y apropiado sentido se refiere sobre todo al culto solar y
f�lico de los antiguos misterios, sobre todo los egipcios. [115] "es en
los s�mbolos antiguos y su significado oculto", dice Pike [116] "que
los verdaderos secretos de la Francmasoner�a consisten. �stos deben revelar su
naturaleza y prop�sitos verdaderos". En conformidad con esta regla de
interpretaci�n, la letra G en el s�mbolo de Gloria (Estrella Resplandeciente)
o la Gamma griega (cuadrado), resumiendo a toda la Masoner�a es normalmente
explicada con el significado de "generaci�n"; la letra inicial del
tetragramaton (Yahweh) y el nombre completo se explican como un principio macho
o macho-hembra. [117] Con el mismo sentido, seg�n la antigua interpretaci�n,
se explican las dos columnas Boaz y Jachin; la Rosacuz (una cruz con una rosa en
el centro); el punto dentro del c�rculo; el "vesica piscis", el bien
conocido s�mbolo del Salvador; el triple Tau; Sol y Luna; Hiram y Cristo
(Osiris); el ata�d; la C�mara Media y aun el Sancta Sanctorum, como adyta o
las m�s santas partes de cada templo, normalmente conten�an horribles objetos
de culto f�lico. [118]
Puesto que los masones, incluso en sus conferencias oficiales
y rituales, generalmente reivindican un origen egipcio del simbolismo Mas�nico
y una �ntima "afinidad" de "los usos y costumbres Mas�nicos con
aquellos de los Antiguos Egipcios" [119] tales interpretaciones se han de
considerar oficialmente autorizadas. Pike dice, adem�s, que "casi cada uno
de los s�mbolos Mas�nico antiguos" tiene "cuatro significados
distintos, como si uno estuviera dentro del otro, el significado moral,
pol�tico, filos�fico y espiritual". [120] Desde el punto de vista
pol�tico Pike, con muchos otro Masones Escoceses angloamericanos, interpreta
todo simbolismo Mas�nico en el sentido de una lucha sistem�tica contra toda
clase de "despotismo" pol�tico y religioso. Hiram, Cristo, Molay se
ven tan s�lo como representantes de la "Humanidad" los
"Ap�stoles de Libertad, Igualdad, Fraternidad". [121] La Cruz (un
cuadrado doble o cu�druple) no es "ning�n s�mbolo espec�ficamente
cristiano", "para todos nosotros es un emblema de la Naturaleza y de
la vida Eterna; de ellos s�lo deje que cada quien diga por s� mismo".
[122] La Cruz X (Cristo) fue el Signo de la Sabidur�a Creadora o Logos, el Hijo
de Dios. Mithraism marco a sus soldados en la frente con una cruz, etc. [123]
I.N.R.I., la inscripci�n en la Cruz, Mas�nicamente dice: "Igne Natura
Renovatur Integra". La regeneraci�n de la naturaleza por la influencia del
sol simboliza la regeneraci�n espiritual de la humanidad por el fuego sagrado
(verdad y amor) de la Masoner�a, como una instituci�n completamente
naturalista. [124] "El primer asesino de Hiram es la Realeza que es el
ejemplo t�pico de la tiran�a", golpeando "con su regla de hierro a
la garganta de Hiram y haciendo de la libertad de palabra una traici�n".
El segundo asesino es el Pontificado (Papado) "apuntando el cuadrado de
acero al coraz�n de la v�ctima". [125] Cristo agonizando en el Calvario
es para la Masoner�a "el m�s grande entre los ap�stoles de la Humanidad,
desafiando el despotismo romano y el fanatismo e intolerancia del
sacerdocio". [126] Bajo el s�mbolo de la Cruz, "las legiones de la
libertad marchar�n a la victoria". [127]
El Kadosh (decimotercer grado), pisoteando la tiara papal y
la corona real, se destina a desahogar una justa venganza en estos "grandes
criminales" por el asesinato de Molay [128] y "como el ap�stol de la
verdad y de los derechos del hombre" [129] librar a la humanidad "de
la esclavitud del Despotismo y de la Tiran�a espiritual". [130] "En
la mayor�a de los rituales de este grado todo respira venganza" en contra
del "Despotismo" religioso y pol�tico. [131] Por eso se dice que los
s�mbolos Mas�nicos "resplandecen de ideas, que deben penetrar el alma de
cada Mas�n y ser claramente reflejados en su car�cter y comportamiento, hasta
que llegue a ser una columna de fortaleza para la fraternidad". [132]
"no hay ni una iota del Ritual Mas�nico", agrega la "Voice"
de Chicago, "que este vac�o de significado". [133] Estas
interpretaciones, es verdad, no han sido adoptadas oficialmente por los ritos
angloamericanos del gremio; pero aparecen como totalmente autorizados, aunque no
los �nicos autorizaron ni siquiera por su sistema ni por los dos primeros
art�culos de los "Antiguos Cargos" (1723), que contienen la ley
fundamental de la Francmasoner�a. Acerca del car�cter no-sectario de la
masoner�a y de su simbolismo, Pike justamente comenta: "La Masoner�a no
propaga ninguna creencia, excepto la suya propia muy sencilla y sublime
ense�ada por la Naturaleza y la Raz�n. Nunca ha habido una falsa Religi�n en
el mundo. La �nica revelaci�n universal permanente esta escrita en la
Naturaleza visible y es explicada por la Raz�n y completada por las sabias
analog�as de la fe. No hay mas que una religi�n verdadera, un dogma, una
creencia leg�tima". [134] Por consiguiente, tambi�n, la Biblia como un
s�mbolo Mas�nico, se interpreta como un s�mbolo del Libro de la Naturaleza o
del C�digo de la raz�n y conciencia humanas, mientras que los dogmas,
cristianos y otros, no tienen para la Francmasoner�a sino la importancia de
s�mbolos cambiantes que cubren la �nica verdad permanente, de la que las
"Ciencia" y "Artes" Mas�nicos son una "revelaci�n
progresiva", y su aplicaci�n. [135]
Se debe notar, que la gran mayor�a de los Masones est�n
lejos de ser "iniciados" y "se arrastran en la oscuridad
egipcia". [136] "La masoner�a de los grados m�s altos", dice
Pike [137] "ense�a las grandes verdades de la ciencia intelectual; pero
acerca de estos, as� como de los rudimentos y primeros principios, la
masoner�a Azul es completamente ignorante. Sus dramas parecen tener la
intenci�n de ense�ar la resurrecci�n del cuerpo". "La pretendida
posesi�n de secretos misteriosos, ha permitido a la masoner�a Azul de contar
sus iniciados por decenas de millares. Nunca fue ninguna pretensi�n a la
posesi�n de conocimientos misterioso tan sin fundamento y tan absurda como la
de los Grados del Cap�tulo del Arco Azul y Real". [138] "La parodia
de Cristiandad de la Masoner�a Azul la hizo simplemente una emasculada e
impotente sociedad con grandes y resonantes pretensiones y escasos resultados.
Y, a�n as�, sus multitudes adhieren a ella, porque la iniciaci�n es una
necesidad del Alma Humana; y porque instintivamente anhela la uni�n de los
muchos bajo el mando de una �nica voluntad, en cosas espirituales as� como en
cosas temporales, por una Jerarqu�a y un Monarca". [139] "Debe el
Adepto entender el significado de los S�mbolos [140] y Oliver declara:
"Hermanos, de rango y cargo elevados, desconocen a menudo los principios
elementales de la ciencia". [141] Masones, "pueden haber sido Maestros
de la C�tedra por cincuenta a�os y aun no haber aprendido el secreto de la
Hermandad. Este secreto es, en su propia naturaleza, invulnerable; para el
Mas�n que ha llegado a conocerlo, que s�lo pod�a haberlo supuesto y
ciertamente no haberlo recibido de nadie; lo ha descubierto, porque ha estado en
la logia, marcado, aprendido e interiormente digerido. Cuando llega al
descubrimiento, �l incuestionablemente, lo guarda para s� mismo, sin
comunicarlo ni aun a su Hermano m�s �ntimo, porque, si esta persona no tiene
la capacidad para descubrirlo por si mismo, querr�a asimismo la capacidad para
utilizarlo, si lo recibiera verbalmente. Por esta raz�n ser� para siempre un
secreto". [142]
En vista del hecho de que los secretos de la Masoner�a son
desconocidos de la mayor�a de los masones, los juramentos de secreto tomados
sobre la Biblia son de lo m�s sorprendente e injustificable. El juramento, por
ejemplo, del primer grado es como sigue: "Yo, en la presencia del Gran
Arquitecto del Universo, . . . por la presente y sobre esto solemne y
sinceramente juro, que esconder� siempre, encubrir� y nunca revelare ninguna
parte o partes, ning�n punto o puntos de los secretos o misterios de o
pertenecientes a los Libres y Aceptados Masones en la Masoner�a que se me
hubieran dado a conocer hasta este momento, que se me den a conocer ahora o que
puedan en cualquier momento futuro serme comunicados" etc. "Estos
varios puntos que solemnemente juro observar bajo pena, no menor, de que me
corten la garganta y la lengua de ra�z y de que mi cuerpo sea enterrado en las
arenas del mar", "o el castigo aun m�s eficaz de ser estigmatizado
como un individuo deliberadamente perjuro, vac�o de todo valor moral".
"As� que Dios me ayude", etc. Juramentos semejantes, excepto con
castigos aun m�s severos, se toman en los grados superiores. Los contenidos
fundamentales de las promesas son seg�n Pike: decimoctavo grado: "Me
comprometo y garantizo que sostendr� siempre, que corresponde a la Masoner�a
el ense�ar las grandes verdades no-sectarias, que no pertenecen exclusivamente
a ninguna religi�n y reconozco que no tengo el mas m�nimo derecho para exigir
de otros que acepten ninguna interpretaci�n particular de los s�mbolos
Mas�nicos, que I les atribuya en virtud de mis creencias personales. Me obligo
y solemnemente garantizo que respetare y sostendr� por todos los medios y bajo
cualquier circunstancia la Libertad de Expresi�n, la Libertad de Pensamiento y
la Libertad de Conciencia en temas religiosos y pol�ticos". [143]
Trig�simo Grado: A.-- "Yo solemnemente y libremente juro obediencia a
todas las leyes y reglamentos de la Orden, cuya creencia ser� mi creencia,
prometo obediencia a todos mis superiores regulares. . . . Me comprometo a
dedicarme, alma y cuerpo, a la protecci�n de la inocencia, a la defensa del
derecho, a la derrota de la tiran�a y al castigo de toda infracci�n contra la
ley de la Humanidad y los derechos del Hombre. . . nunca, ni por inter�s ni por
miedo, ni aun para salvar mi existencia, ni me someter� ni sufrir� ning�n
despotismo material, que pudiera esclavizar u oprimir a la humanidad por la
usurpaci�n o el abuso del poder. Juro nunca someterme ni tolerar ning�n
Despotismo intelectual, que pretenda encadenar o trabar el libre pensamiento,
etc." B. "Yo solemnemente juro consagrar mi vida a los fines de la
Orden de los Caballeros Kadosh, y cooperar lo mas eficazmente por todos los
medios prescritos por las autoridades constituidas de la orden para alcanzarlos.
Yo solemnemente juro y dedico a estos fines, mis palabras, mi energ�a, mi
fuerza, mi influencia, mi inteligencia y mi vida. Yo juro considerarme en
adelante y para siempre como el Ap�stol de la Verdad y de los derechos del
hombre". C. "Yo me consagrare al m�ximo a traer el debido castigo
sobre los opresores, los usurpadores y los perversos; Me comprometo a nunca
perjudicar a un Caballero Kadosh, sea por palabra o por hecho. . .; juro que si
lo encuentro como enemigo en el campo de batalla, salvar� su vida, cuando me
haga el Signo de Auxilio, y lo librar� de prisi�n y cautiverio por tierra o
por agua, aun al riesgo de mi propia vida o de mi propia libertad. Me comprometo
a defender el derecho y la verdad aun por la fuerza y la violencia, si necesario
y si debidamente ordenado por mis superiores regulares". D. "Me
comprometo a obedecer sin titubeo cualquier orden que sea de mis Superiores
regulares en la Orden". [144]
VII. TRABAJO EXTERNO DE LA FRANCMASONERIA:
SUS REALIZACIONES, INTENCIONES Y M�TODOS
El trabajo externo de la Francmasoner�a, aunque uniforme en
su car�cter fundamental y sus l�neas generales, var�a considerablemente en
diferentes pa�ses y con distintos s�mbolos Mas�nicos. Prop�sitos
"Caritativos" o "filantr�picos" son perseguidos
principalmente por las Masoner�as inglesa, alemana y americana, mientras que,
pr�cticamente al menos, estos son descuidados por los Masones en los pa�ses
latinos, que est�n absortos en actividad pol�tica. Pero aun en Inglaterra,
donde se gastan, relativamente, las m�s grandes cantidades para prop�sitos
caritativos, la filantrop�a Mas�nica no parece ser inspirada por muy altos
ideales de generosidad y desinter�s, por lo menos con respecto a la gran
mayor�a de los hermanos; las contribuciones principales son hechas por unos
cuantos hermanos muy ricos y el resto por los acomodados. Por otra parte, en
todos los pa�ses son casi exclusivamente masones y sus familias quienes se
aprovechan de la caridad Mas�nica. La beneficencia Mas�nica hacia el mundo
"profano" es poco m�s que figurativa, consistiendo en la propagaci�n
y aplicaci�n de los principios Mas�nicos por los que los Masones fingen
promover el bienestar de la humanidad; y si los Masones, particularmente en los
pa�ses Cat�licos, de vez en cuando se dedican a trabajos caritativos como
ordinariamente se entiende, su objetivo es ganar simpat�a y as� hacer avanzar
sus verdaderos prop�sitos. En Am�rica del Norte, sobre todo en los Estados
Unidos, un aspecto caracter�stico del trabajo externo es la propensi�n a
exhibirse en la construcci�n de suntuosos "templos" Mas�nicos, en
procesiones Mas�nicas, en la pose de primeras piedras y la dedicaci�n de
edificios p�blicos y aun de iglesias cristianas. Esta tendencia ha sido
frecuentemente censurada por escritores Mas�nicos. "�La masoner�a de
este continente se ha vuelto loca yendo en pos del alto ranguismo y de los altos
t�tulos. Les decimos a los hermanos, que si no le ponen m�s atenci�n al
simbolismo puro, simple, bello de la logia y menos al oropel, perifollos, fuego
y plumas del Ritualismo y Templarismo escoceses, el Gremio ser� sacudido hasta
sus mismas fundaciones!" "Que suene la alarma". [145]
"Muchos masones han pasado por la ceremonia sin ninguna inspiraci�n; pero,
en los desfiles p�blicos de las logias (incluso en Inglaterra) se encuentran
generalmente en la primera l�nea y en los banquetes Mas�nicos no pueden ser
igualados ni superados". [146]
Pero el objetivo verdadero de ambos trabajos, interno y
externo, es la propagaci�n y aplicaci�n de los principios Mas�nicos. El
verdadera m�todo Mas�nico es, que la logia es el terreno com�n en el que
hombres de diferentes religiones y opiniones pol�ticas, con tal de que acepten
los principios generales Mas�nicos, se pueden reunir; por tanto, no interfiere,
directa ni activamente, con la pol�tica de los partidos, pero excluye las
discusiones pol�ticas y religiosas de las reuniones, dejando a cada Mas�n
aplicar los principios a los problemas de cada d�a. Pero este m�todo es
abiertamente repudiado por la Masoner�a contempor�nea en los pa�ses latinos y
por muchos Consejos Supremos del Antiguo y Aceptado sistema escoc�s, por la
Gran Logia de Hungr�a; el Gran Orienta de B�lgica, etc. fue y es
pr�cticamente rechazado tambi�n por la masoner�a alemana e incluso por la
americana y la inglesa. Por eso las logias Mas�nicas americanas, por lo menos,
y abiertamente, as� lo reivindican algunos de los principales autores
Mas�nicos, jugaron un papel preponderante en el movimiento de independencia,
las logias de los "Ancianos", en general, promovieron este movimiento
y las de los "modernos" se pusieron del lado de la Gran Breta�a.
[147] seg�n la "Revista Mas�nica" la Francmasoner�a fue
instrumental en la formaci�n de la Uni�n Americana (1776), reivindicando
cincuenta y dos [148] o incluso cincuenta y cinco [149] de los cincuenta y seis
"signatarios de la Declaraci�n de Independencia como miembros de la
Orden". Otras publicaciones peri�dicas Mas�nicas, sin embargo,
reivindican que s�lo seis de los signatarios [150] y s�lo nueve de los
presidentes de los Estados Unidos eran francmasones. [151] En la Revoluci�n
francesa (1789) y en los movimientos revolucionarios posteriores en Francia,
Italia, Espa�a, Portugal, Am�rica Central y del Sur, Cuerpos Mas�nicos, se
dice, tomaron una parte m�s o menos activa, como lo declaran prominentes
representantes de las Grandes Logias en los diferentes pa�ses y en muchos casos
por historiadores imparciales "profanos". [152] En Rusia tambi�n la
Francmasoner�a, finalmente, lleg� a ser una "conspiraci�n
pol�tica" de asociaciones organizadas Mas�nicamente que cubrieron el
terreno.
Incluso con respecto a la m�s reciente Revoluci�n Turca,
parece cierto que el Nuevo partido turco, que hizo y dirigi� la Revoluci�n,
fue guiado por masones, y que la masoner�a, sobre todo los Grandes Orientes de
Italia y Francia, tuvieron un papel preponderante en esta Revoluci�n. [153]
Dirigiendo estas obras, la Francmasoner�a propaga principios que, l�gicamente
desarrollados, como se muestra antes, son esencialmente revolucionarios y sirven
de base para todo tipo de movimientos revolucionarios. Dirigiendo a los Masones
a descubrir por si mismos reformas pr�cticas en conformidad con los ideales
Mas�nicos y a trabajar para su realizaci�n, fomenta en sus miembros, y a
trav�s de ellos en la sociedad en general, el esp�ritu de innovaci�n. Como
una asociaci�n aparentemente inofensiva y aun caritativa, pero que es en
realidad, por su secreto y ambiguo simbolismo, sujeta a las m�s diversas
influencias, proporciona en tiempos cr�ticos un refugio para la conspiraci�n,
y aun cuando sus logias no se transformen ellas mismas en clubes de complots,
los Masones son entrenados y alentados a encontrar asociaciones nuevas para
tales prop�sitos o a utilizar asociaciones existentes. Por eso, la
Francmasoner�a en el siglo XVIII, como un aliado poderoso de la infidelidad,
prepar� la Revoluci�n francesa. Se sell� la alianza de la Francmasoner�a con
la filosof�a, p�blicamente, por la iniciaci�n solemne de Voltaire, jefe de
estos fil�sofos, el 7 de febrero de 1778, y su recepci�n de la t�nica
Mas�nica del famoso materialista Hermano Helvetius. [154] Antes de la
Revoluci�n, nacieron varias sociedades conspiradoras relacionadas con la
Francmasoner�a de la que se apropiaron sus formas y m�todos; Illuminati,
clubes de Jacobinos, etc. Un n�mero relativamente importante de los principales
revolucionarios fueron miembros de logias Mas�nicas, entrenados por la vida en
la logia para sus carreras pol�ticas. Incluso el programa de la Revoluci�n
expresado en los "derechos del hombre" fue, como antes se muestra,
tomado de los principios Mas�nicos, y su divisa: "Libertad, Igualdad,
Fraternidad" es la divisa misma de la Francmasoner�a. De la misma manera,
la Francmasoner�a, junto con los Carbonari, cooperaron en el movimiento
revolucionario italiano del siglo XIX. Casi todos los jefes prominentes y entre
ellos Mazzini y Garibaldi, son ensalzados por la Masoner�a como sus miembros
m�s distinguidos. En Alemania y Austria la Francmasoner�a, durante el siglo
XVIII fue un poderoso aliado del partido llamado de "Las Luces"
(Aufklaerung), y del Josefinismo; durante el siglo XIX de los partidos
pseudo-Liberal y anticlerical.
Para apreciar debidamente la actividad de la Francmasoner�a
en Alemania, Suecia, Dinamarca e Inglaterra, y en Francia bajo el r�gimen
Napole�nico, no se deben descuidar las relaciones especiales entre la
Francmasoner�a y las dinast�as reinantes. En Alemania dos terceras partes de
los masones eron miembros de las antiguas Grandes Logias Prusianas bajo el
protectorado de un miembro de la Dinast�a Real, lo que implica un control
severo de toda actividad de la logia en conformidad con los objetivos del
Gobierno. As� que los francmasones alemanas son dif�cilmente capaces de una
actividad independiente. Pero ellos indudablemente fomentaron el movimiento por
el que Prusia gradualmente lleg� a ser el principal estado de Alemania,
considerado por ellos como el "representante y el protector de la
evoluci�n moderna" en contra del "Ultramontanismo", la
"intolerancia", y las "usurpaciones Papales". Tambi�n
promovieron el "Kulturkampf". El famoso jurisconsulto Mas�n, Gran
Maestro Bluntschli, fue uno de los principales agitadores en este conflicto;
tambi�n inspir� la "Kulturkampf" suiza. Por su instigaci�n, la
asamblea de la "Federaci�n de las Grandes Logias alemanas", con el
objeto de aumentar la actividad de la logia en el sentido de la
"Kulturkampf", declar�, el 24 de mayo de 1874: "es un deber
profesional para las logias, el cuidar que los hermanos lleguen a ser totalmente
conscientes de las relaciones de la Francmasoner�a con la esfera �tica de la
vida y con los prop�sitos culturales. Los Francmasones est�n obligados a
realizar los principios de la Francmasoner�a en la vida pr�ctica y a defender
las fundaciones �ticas de la sociedad humana, siempre que sean atacados. La
Federaci�n de las Grandes Logias alemanas facilitar�, que cada a�o se
propongan a todas las logias cuestiones de actualidad para discusi�n y acci�n
uniforme". [155] Los Francmasones alemanes har�n incansables esfuerzos
para ejercer una firme influencia en la vida general de la naci�n, siguiendo
los principios Mas�nicos, manteniendo as� una perpetua y silenciosa
"Kulturkampf". Los medios principales que emplearan ser�n las
bibliotecas populares, conferencias, la afiliaci�n de asociaciones e
instituciones afines, la creaci�n, donde sea necesario, de instituciones
nuevas, a trav�s de las cuales el esp�ritu Mas�nico penetrara a la naci�n.
[156] Una actividad semejante es desplegada por los francmasones austr�acos.
La organizaci�n principal que en Francia afianz� el �xito
de la Francmasoner�a fue la famosa "Liga de instrucci�n" fundada en
1867 por el Hermano F. Mac�, que posteriormente fue miembro del Senado. Esta
liga afili� e implic� con su esp�ritu a muchas otras asociaciones. La
Masoner�a francesa y sobre todo el Gran Oriente de Francia han desplegado la
actividad m�s sistem�tica como el elemento pol�tico dominante en la
"Kulturkampf" francesa desde 1877. [157] De los documentos oficiales
de la Masoner�a francesa contenidos principalmente en el "Bolet�n"
oficial y en los "Compte-rendu" del Gran Oriente se ha demostrado que
todas las medidas anticlericales pasadas por el Parlamento franc�s fueron
decretadas de antemano en las logias Mas�nicas y ejecutadas bajo la direcci�n
del Gran Oriente, cuyo objetivo declarado es controlar todo y a todo mundo en
Francia. [158] "Yo dije en la asamblea de 1898", declara el diputado
Mass�, orador oficial de la Asamblea de 1903, "que es el deber supremo de
la Francmasoner�a el interferir cada d�a m�s y m�s en las contiendas
pol�ticas y profanas". "�xito (en la lucha anticlerical) es en gran
medida debido a la Francmasoner�a; porque es su esp�ritu, su programa, sus
m�todos, que han triunfado". "Si se ha establecido el Bloc, esto se
debe a la Francmasoner�a y a la disciplina aprendida en las logias. Las medidas
que ahora tenemos que acelerar son la separaci�n de la Iglesia y del Estado y
una ley sobre la ense�anza. Confiemos en la palabra de nuestro Hermano
Combes". "Por mucho tiempo la Francmasoner�a ha sido simplemente la
rep�blica oculta", i.e., el parlamento y el gobierno secretos de la
Francmasoner�a en realidad gobiernan Francia; el Estado, el Parlamento y el
Gobierno profanos simplemente ejecutan sus decretos. "Somos la conciencia
del pa�s"; "somos cada a�o la campanilla f�nebre que anuncia la
muerte de un gabinete que no ha cumplido con su deber sino que ha traicionado a
la Rep�blica; o somos su apoyo, diciendo alentadoramente en un solemne momento:
Le presento la voz del pa�s. . . el satisfecit que usted desea, o su reproche
que ma�ana ser� sellado por su ca�da". "Requerimos vigilancia y
sobre todo confianza rec�proca, si hemos de llevar a cabo nuestro trabajo, a�n
no terminado. Este trabajo, usted sabe. . . el combate anticlerical, continua.
La Rep�blica debe librarse a s� misma de las congregaciones religiosas,
hechandolas fuera con un en�rgico golpe. El sistema de medias tasas es
peligroso en todas partes; el adversario debe ser aplastado de un solo
golpe". [159] "Es fuera de duda", declar� el presidente de la
Asamblea de 1902, Hermano Blatin, con respecto a las elecciones francesas de
1902, "que habr�amos sido derrotados por nuestros bien organizados
adversarios, si la Francmasoner�a no se hubiera extendido sobre todo el
pa�s". [160]
Junto con esta actividad pol�tica, la Francmasoner�a
emple� contra sus adversarios, fueran reales o supuestos, un sistema de
espionaje y de falsas acusaciones, cuya exposici�n provoc� la ca�da del
gabinete Mas�nico de Combes. En verdad, todas las reformas
"anticlericales" Mas�nicas llevadas a cabo en Francia desde 1877,
tales como la secularizaci�n de la educaci�n, las medidas en contra de las
escuelas privadas cristianas y los establecimientos caritativos, la supresi�n
de las �rdenes religiosas y la expoliaci�n de la Iglesia, de manera declarada
culminaron en una reorganizaci�n anticristiana e irreligiosa de la sociedad
humana, no s�lo en Francia sino en todo el mundo. Por eso la Francmasoner�a
francesa, siendo el abanderado de toda la Francmasoner�a, pretende inaugurar la
era de oro de la rep�blica Mas�nica universal, incluyendo en la hermandad
Mas�nica a todos los hombres y a todas las naciones. "La victoria del
Galileo", dijo el presidente del Gran Oriente, Senador Delpech, el 20 de
septiembre de 1902, "ha durado veinte siglos. Pero ahora �l muere a su
vez. La misteriosa voz, que anuncio (a Juli�n el Ap�stata) la muerte de Pan,
hoy anuncia la muerte del impostor Dios que prometi� una era de justicia y paz
a aquellos que cre�an en �l. La ilusi�n ha durado mucho tiempo. El mentiroso
Dios desaparece ahora a su vez; muere para reunirse en el polvo de las edades
con las divinidades de India, Egipto, Grecia, y Roma, que vieron a muchas
criaturas postrarse delante de sus altares. Hermanos Masones, nos alegramos
declarando que no somos totalmente ajenos a este derrocamiento de los falsos
profetas. La Iglesia Romanista, fundada en el mito Galileo, empez� a
deteriorarse r�pidamente desde el mismo d�a en el que se estableci� la
Asociaci�n Mas�nica". [161]
La afirmaci�n de los masones franceses: "somos la
conciencia del pa�s", no era cierta. De las estad�sticas oficiales se
determin�, que en todas las elecciones hasta 1906, la mayor�a de los votos
fueron en contra del Bloc Mas�nico, y aun el resultado de 1906 no prueba que el
Bloc, o masoner�a, en sus medidas y prop�sitos anticlericales representaban la
voluntad de la naci�n, ya que lo contrario es evidente por muchos otros hechos.
Mucho menos representa �l la "conciencia" de la naci�n. El hecho es,
que el Bloc, en 1906, obtuvo una mayor�a tan s�lo porque la mayor parte de
esta mayor�a vot� en contra de su "conciencia". Sin duda las
reivindicaciones de la Francmasoner�a en Francia son muy exageradas, y los
�xitos que han obtenido son debidos principalmente al rebajamiento de la
tonalidad moral en la vida p�blica y privada, facilitado por la desuni�n
existente entre los cat�licos y por los serios errores pol�ticos que
cometieron. Bastante semejante es el trabajo externo del Gran Oriente de Italia
que tambi�n pretende ser el porta estandarte de la Francmasoner�a en la lucha
laica de la luz y de la libertad Mas�nicas en contra de los poderes de "la
oscuridad espiritual y de la esclavitud", que se refieren por supuesto al
papado, y sue�a con el establecimiento de un nuevo y universal imperio
republicano con una Roma Mas�nica, que reemplazara al imperio papal y C�sareo,
como metr�polis. El Gran Oriente de Italia ha declarado frecuentemente que es
seguido entusi�sticamente en esta lucha por la Francmasoner�a del mundo entero
y, sobre todo, por los centros Mas�nico de Par�s, Berl�n, Londres, Madrid,
Calcuta, Washington. [162] No ha sido contradicha ni por una sola Gran Logia en
ning�n pa�s, ni las alemanas ni otras Grandes Logias no rompieron de ning�n
modo sus relaciones con ella a causa de su vergonzosa actividad pol�tica y
anti-religiosa. Pero aunque los objetivos de los masones italianos son quiz�s
m�s radicales y sus m�todos m�s astuto que los de los franceses, su
influencia pol�tica, debido a la desigualdad de las condiciones sociales
circundantes, es menos fuerte. Lo mismo se puede decir de las Grandes Logias
belga y h�ngara, que tambi�n consideran al Gran Oriente de Francia como su
modelo pol�tico.
Desde 1889, fecha del congreso Mas�nico internacional,
reunido en Par�s, los 16 y 17 de julio de 1889, por el Gran Oriente de Francia,
se han hecho sistem�ticos y continuos esfuerzos para crear una uni�n m�s
estrecha de la Francmasoner�a universal con el fin de realizar eficaz y
r�pidamente los ideales Mas�nicos. Los aliados especiales del Gran Oriente en
esta tarea son: el Consejo Supremo y la Gran Logia Simb�lica de Francia y las
Grandes Logias Mas�nicas de Suiza, B�lgica, Italia, Espa�a, Hungr�a,
Portugal, Grecia; Las Grandes Logias de Massachusetts y de Brasil tambi�n
fueron representadas en el congreso. El programa seguido por el Gran Oriente de
Francia, en sus l�neas principales, dice as�: "La Masoner�a, que
prepar� la Revoluci�n de 1789, tiene el deber de continuar su trabajo".
[163] Esta tarea se debe de cumplir por la aplicaci�n consistente, completa y
estricta, de los principios de la Revoluci�n a todos los departamentos del
orden religioso, moral, judicial, legal, pol�tico y social. Como las reformas
pol�ticas necesarias est�n realizadas en la mayor�a de sus puntos esenciales,
de aqu� en adelante la aplicaci�n consistente de los principios
revolucionarios a las condiciones sociales de la humanidad ser� la tarea
principal de la Masoner�a. La rep�blica social universal, en la que, despu�s
del derrocamiento de toda clase de tiran�a espiritual y pol�tica", de los
poderes din�sticos y "teocr�ticos" y de los privilegios de clase,
reinara la m�s grande libertad individual posible y una igualdad social y
econ�mica en conformidad con los ideales Mas�nicos franceses, verdaderos
objetivos finales de esta labor social.
Los siguientes se consideran como los medios principales: (1)
destruir radicalmente, por la persecuci�n abierta de la Iglesia o por un
sistema hip�crita y enga�oso de separaci�n entre el Estado y la Iglesia, toda
influencia social de la Iglesia y de la religi�n, insidiosamente llamada
"clericalismo", y, hasta donde sea posible, destruir a la Iglesia y
toda verdadera, i.e., religi�n sobrehumana, que vaya m�s all� de un incierto
culto de la patria y de la humanidad; (2) Laicizar o secularizar, por un
igualmente hip�crita y enga�oso sistema de "no-sectarismo", toda
vida p�blica y privada y, sobre todo, la instrucci�n y educaci�n populares.
"No-sectarismo" tal como lo entiende el partido del Gran Oriente es un
sectarismo anticat�lico e incluso anticristiano, ateo, positivista, o
agn�stico disfrazado de no-sectarismo. La libertad de pensamiento y conciencia
de los ni�os tiene que desarrollarse sistem�ticamente en el ni�o en la
escuela y ser protegida, lo m�s que se pueda, en contra de toda influencia
perturbadora, no s�lo por parte de la Iglesia y de los sacerdotes, sino
tambi�n de los propios padres de los ni�os y aun por medio de la coacci�n
moral y f�sica, s� necesario. El partido del Gran Oriente la considera como la
indispensable e indefectiblemente v�a segura hacia el establecimiento
definitivo de la rep�blica social universal y de la pretendida paz mundial,
como ellos la imaginan, y de la gloriosa era de solidaridad humana y de
insuperable felicidad humana en el reino de libertad y justicia. [164]
El esfuerzo para lograr una uni�n m�s estrecha con las
Francmasoner�as angloamericana y alemana se hizo principalmente por la Gran
Logia Simb�lica de Francia y la "Agencia Mas�nica Internacional" de
Neuch�tel (dirigida por el ex-Gran Maestro suizo Quartier-La Tente), vinculado
con la peque�a Gran Logia "Alpina" de Suiza. Estas dos Grandes
Logias, como agentes secretos del Gran Oriente de Francia, actuaron como
mediadores entre �ste y los Cuerpos Mas�nicos de pa�ses angl�fonos y
alemanes. Con las Grandes Logias inglesas y americanas sus esfuerzos, hasta
ahora, hab�an tenido poco �xito. [165] S�lo la Gran Logia de Iowa parece
haber reconocido a la Gran Logia de Francia. [166] La Gran Logia inglesa no
s�lo rechaz� la oferta, sino que incluso declar�, el 23 de septiembre de
1907, por medio de su archivista: "Creemos que, estamos mejor en
Inglaterra, separados de tal gente. De hecho, la Francmasoner�a tiene un tan
mal olor en el Continente de Europa, a causa de ser explotada por Socialistas y
Anarquistas, que tenemos que romper enteramente las relaciones con la mayor�a
de los Grandes Cuerpos que han abandonado nuestros Linderos". [167] Las
Grandes Logias americanas (Massachusetts, Missouri, etc.), en general, parecen
estar resueltas a seguir el ejemplo de las Grandes Logias inglesas.
Las Grandes Logias alemanas, al contrario, por lo menos la
mayor�a, cedieron ante la presi�n ejercida en ellas por un gran numero de
hermanos alemanes. Cautivadas por el partido del Gran Oriente, el 3 de junio de
1906, la Federaci�n de las ocho Grandes Logias alemanas, por 6 votos a 2,
decret� establecer relaciones amistosas oficiales con la Gran Logia, y el 27 de
mayo de 1909, por 5 votos a 3, restaurar las mismas relaciones con el Gran
Oriente de Francia. Este �ltimo decreto provoc� las m�s grandes
demostraciones de alegr�a, triunfo y jubilaci�n en el partido del Gran
Oriente, que lo consider� como un evento de gran importancia hist�rica. Pero
entre tanto una discusi�n en la prensa p�blica fue provocada por algunos
art�culos incisivos del "Germania" [168] con el resultado de que, las
tres antiguas Grandes Logias Prusianas, que constaban de 37 198 hermanos
controladas por el protectorado, abandonando su ambigua actitud en�rgicamente
condenaron el decreto del 27 de mayo de 1909, y la actitud de las 5 otras as�
llamadas Grandes Logias "humanitarias" alemanas, que constaban de solo
16 448 hermanos. Se esperaba que, las Grandes Logias brit�nicas y americanas,
incitadas por el ejemplo de las Grandes Logias alemanas, frente al secular
enemigo com�n del Vaticano, se unir�an al partido del Gran Oriente antes del
gran congreso Mas�nico universal, que se tendr�a en Roma en 1911. Pero en
lugar de una m�s estrecha uni�n de la Francmasoner�a universal so�ada por el
partido del Gran Oriente, el �nico resultado fue una divisi�n entre las
Grandes Logias alemanas por el que la federaci�n misma fue moment�neamente
sacudida hasta sus cimientos.
Pero a pesar del fracaso de las negociaciones oficiales,
hab�a muchos alemanes y no pocos masones americanos, que evidentemente,
favorec�an, por lo menos, los principales objetivos anticlericales del partido
del Gran Oriente. Sorprendente evidencia de esto fue la resultante y violenta
agitaci�n mundial, que, con la ocasi�n de la ejecuci�n del anarquista,
Hermano Ferrer, 31, un miembro activo del Gran Oriente de Francia [169] fue
provocada por los Grandes Orientes de Francia [170] y de Italia [171] para
motivar la organizaci�n de un Kulturkampf internacional seg�n el modelo
franc�s. En casi todos los pa�ses de Europa, la separaci�n del Estado y de la
Iglesia y la laicizacion o neutralizaci�n de la ense�anza y educaci�n
populares, fueron y son todav�a exigidas por todos los partidos de Izquierda
con redoblada impetuosidad.
El hecho de que hay tambi�n masones americanos, que
evidentemente defienden la Kulturkampf en Am�rica e inspiran la Kulturkampf
internacional, es atestado por el ejemplo de los Hermanos. J.D. Buck, 33 y A.
Pike, 33. Buck public� un libro, "El Genio de la Francmasoner�a", en
el que defiende muy en�rgicamente una Kulturkampf para los Estados Unidos. Este
libro que, en 1907, estaba en su 3ra edici�n, se recomienda ardientemente a
todos los masones americanos por los peri�dicos Mas�nicos. A. Pike, como el
Gran Comendador del Supremo Consejo Maestro Mundial (Charleston, Carolina del
Sur) no perdi� ninguna oportunidad para, en sus cartas, excitar el esp�ritu
anticlerical de sus colegas. En una larga carta del 28 de diciembre de 1886, por
ejemplo, le ruega al Gran Comendador italiano, Timoteo Riboli, 33, amigo �ntimo
de Garibaldi, de hacer todo lo que este en su poder, para unir a la Masoner�a
italiana en contra del Vaticano. El escribe:
El Papado. . . ha sido durante mil a�os el verdugo y la maldici�n de la
Humanidad, la impostura m�s desvergonzada, en su pretensi�n al poder
espiritual de todas las edades. Con sus t�nicas empapadas y apestando con la
sangre de medio mill�n de seres humanos, siempre con el apreciado olor de carne
humana quemada en sus narices, se regocija con la renovada
perspectiva del poder. Ha enviado por todo el mundo sus
anatemas en contra del gobierno Constitucional y del derecho de los hombres a la
libertad de pensamiento y conciencia.
Adem�s,
"En presencia de esta 'Cobra di capello' espiritual,
este enemigo mortal, traicionero, asesino, el m�s formidable poder en el mundo,
la unidad de la Masoner�a italiana es de necesidad absoluta y suprema; y ante
esta necesidad superior y omnipotente todas las consideraciones menores deben
deferirse; las disensiones y la desuni�n, en presencia de este enemigo de la
raza humana son criminales". "no debe haber ninguna insistencia
inflexible, intransigente en opiniones particulares, teor�as, prejuicios,
profesiones: sino, al contrario, concesiones mutuas y cooperaci�n
armoniosa". "La Francmasoner�a del mundo se regocijar� al ver
cumplida y consumada la Unidad de la Francmasoner�a italiana". [172]
Peri�dicos Mas�nicos importantes, por ejemplo, "El
Tyler-Keystone Americano" (Ann Arbor), abiertamente patrocinan los
esfuerzos del Partido del Gran Oriente franc�s. "La absoluta unidad del
Gremio", dice el Antiguo Gran Maestro Clifford P. MacCalla (Pennsylvania),
"es un glorioso concepto". "Ni las fronteras de los Estados ni
los vastos oc�anos separan a la Fraternidad Mas�nica. Por todas partes es
una". "No hay iglesia universal, ni Cuerpo universal de pol�tica;
solo hay una Fraternidad universal, esta Francmasoner�a; y cada Hermano que es
un miembro digno, puede sentirse orgulloso de ella". [173] Debido a la
solidaridad existente entre todos los Cuerpos Mas�nicos y entre los masones
individuales, todos son solidariamente responsables por las maldades de sus
compa�eros miembros.
Masones representativos, sin embargo, exaltan la pretendida
saludable influencia de su orden en la cultura y el progreso humanos. La
Masoner�a", dice Frater, Gran Orador, Washington, "es el santuario de
grandes pensamientos, de bellos sentimientos, el seminario para el
perfeccionamiento de los est�ndares moral y mental de sus miembros. Es como un
deposito de moralidad que llueve su benigna influencia en la mente y en el
coraz�n". [174] "La Francmasoner�a Moderna", seg�n otros
masones, "es un reformador social y moral". [175] "nadie",
dice el "Keystone" de Chicago, "ha calculado o puede calcular el
tan extenso car�cter de la influencia de la Masoner�a en el mundo. No se
limita de ninguna manera a los Cuerpos del Gremio. Cada iniciado es un portador
de la luz, una fuente luminosa". [176] "En Alemania como en los
Estados Unidos y Gran Breta�a aquellos que han sido lideres de hombres en la
vida intelectual, moral y social, han sido francmasones. Ejemplos eminentes en
el pasado han sido los Hermanos Fichte, Herder, Wieland, Lessing, Goethe. El
m�s grande de todos ellos fue I.W. von Goethe. Bien podemos estar orgullosos de
un tal hombre" [177] etc. Los Masones alemanes [178] reivindican para la
Francmasoner�a una parte considerable en el espl�ndido desarrollo de la
literatura alemana en los siglos XVIII y XIX. Estas reivindicaciones, sin
embargo, cuando se examinan con esp�ritu cr�tico, resultan o infundadas o
exageradas. La Francmasoner�a inglesa, estaba entonces en un bajo nivel moral e
intelectual y retrogradando hacia la ortodoxia, no estaba calificada para ser la
creadora o un factor importante en la libre pensadora "Cultura de la
Ilustraci�n". La Masoner�a alemana, entonces dominada por el sistema
sueco y la Estricta Observancia e intelectual y moralmente degenerada, como los
mismos historiadores Mas�nicos lo reconocen, no estaba en mejor condici�n. En
verdad los principales hombres literarios de la �poca, Lessing, Goethe, Herder,
etc. fueron cruelmente enga�ados y defraudados por lo que vieron y
experimentaron en su vida de la Logia. [179] Lessing habl� con desd�n de la
vida de la Logia; Goethe describi� las asociaciones Mas�nicas y sus hechos
como "necios y p�caros"; Herder escribi�, el 9 de enero de 1786, al
famoso Hermano fil�logo Heyne; "sostengo un odio mortal a las sociedades
secretas y, como resultado de mi experiencia, tanto dentro de sus c�rculos m�s
�ntimos y fuera de ellas, las mando a todas el demonio. Por las constantes
conspiraciones para dominar y el esp�ritu de intriga que se arrastra bajo la
cubierta". [180]
La Francmasoner�a, lejos de contribuir a la grandeza
literaria de estos u otros hombres importantes, se aprovech� del esplendor
exterior que su membresia reflej� en ella. Pero la ventaja no fue de ninguna
manera merecida, ya que, aun en la plenitud de su fama literaria, no ellos, sino
estafadores ordinarios, como Johnson, Cagliostro, etc., fueron los centros
alrededor de los cuales el mundo Mas�nico gravit�. Todos los hombres
superiores pertenecientes a la Francmasoner�a: Fichte, Fessler, Krause,
Schr�der, Mossdorf, Schiffman, Findel, etc., cuando se esforzaron por depurar
la vida de la Logia de la charlataner�a, fueron tratados ignominiosamente por
la mayor�a de los masones ordinarios y aun por las autoridades de la Logia.
Hombres de semejante tendencia de pensamiento son estigmatizados por partidarios
Mas�nicos ingleses y americanos como "materialistas" e
"iconoclastas". [181] Pero cierto es que las Logias trabajan
silenciosa y efectivamente por la propagaci�n y aplicaci�n de los principios
Mas�nicos "no-sectarios" en la sociedad y vida humanas. Las revistas
Mas�nicas abundan en pasajes a este efecto. As� el Hermano Richardson de
Tennessee afirma: "La Francmasoner�a hace su trabajo silenciosamente, pero
es el trabajo de un r�o profundo, que silenciosamente empuja hacia el oc�ano,
etc." [182] "El abandono de viejos temas y la formaci�n de
nuevos", explic� el Supremo Gran sacerdote, J.W. Taylor (Georgia),
"no siempre surge de la causa inmediatamente perceptible que el mundo
designa, sino que es la culminaci�n de principios que han trabajado en las
mentes de hombres por muchos a�os, hasta que por fin el momento apropiado y el
ambiente propicio encienden la verdad latente en vida, y, como la luz de la
raz�n fluye de mente a mente y la unidad de prop�sito de coraz�n a coraz�n,
entusiasmando a todos con una poderosa causa com�n y moviendo naciones como un
solo hombre hacia la realizaci�n de grandes fines. Con este principio la
Instituci�n de la Francmasoner�a difunde su influencia al mundo de la
humanidad. Trabaja calladamente y en secreto, pero penetra a trav�s de todos
los intersticios de la sociedad con sus muchas relaciones, y los recipientes de
sus muchos favores son intimidados por sus grandes logros, pero no pueden decir
de donde lleg�". [183] El "Voice" (Chicago) escribe: "Nunca
antes en la historia de las edades ha la Francmasoner�a ocupado una posici�n
tan importante, como en el momento actual. Nunca fue su influencia tan notable,
el n�mero de sus miembros tan extenso, su ense�anza tan venerada".
"Hay m�s masones fuera de la gran Hermandad que dentro de ella". A
trav�s de su "moralidad pura" con la que la Francmasoner�a pura es
sin�nima, "influencia a la sociedad y, imperceptiblemente, siembra la
semilla que trae fruto en sanas leyes y virtuosos decretos. Sostiene el derecho,
releva al apurado, defiende al d�bil y levanta al ca�do (por supuesto, todo se
entiende en el sentido Mas�nico antes explicado). As�, silenciosa pero segura
y continuamente, construye en el gran tejido de la sociedad humana". [184]
La real fuerza de la Francmasoner�a en su trabajo externo es
en verdad, que hay m�s masones y con frecuencia mejor calificados para el
desempe�o del trabajo Mas�nico, fuera de la hermandad que dentro de ella. La
Francmasoner�a misma en Europa y en Am�rica funda sociedades e instituciones
similares en forma y objetivo para todas las clases sociales e infunde en ellas
su esp�ritu. As� seg�n Gould [185] la Francmasoner�a, desde aproximadamente
1750, "ha ejercitado una influencia notable sobre todas las otras
sociedades con obligaci�n de juramento". Lo mismo declaran los Hermanos L.
Blanc, Deschamps, etc. por Alemania y otros pa�ses. En los Estados Unidos
seg�n la "Enciclopedia de Fraternidades", existen m�s de 600
sociedades secretas, funcionando m�s o menos bajo el velo de formas modeladas
en el simbolismo Mas�nico y por la mayor parte notablemente influenciadas por
la Francmasoner�a, de manera que uno de cada tres adultos varones en los
Estados Unidos es miembro de una o m�s de tales sociedades secretas. "La
Francmasoner�a", dice la "Enciclopedia", p.v., "es por
supuesto, mostrada como la Madre-Fraternidad de hecho y de nombre".
"Pocos de los que est�n bien informados en el tema, negar�n que la
Fraternidad Mas�nica sea directa o indirectamente la organizaci�n madre de
todas las sociedades secretas modernas, buenas, malas e indiferentes".
[186]
Muchos francmasones angloamericanos est�n habituados a
protestar fuertemente en contra de todos los cargos que acusan a la
Francmasoner�a de interferir en asuntos pol�ticos o religiosos o de hostilidad
a la Iglesia o deslealtad a las autoridades p�blicas. Incluso alaban a la
Francmasoner�a como "uno de los baluartes m�s fuertes de la
religi�n" [187] "la sirvienta de la religi�n" [188] y la
"sirvienta de la iglesia". [189] "no hay nada en la naturaleza de
la Sociedad", dice el "Artesano Real", Nueva York, "que haga
necesario renunciar a una sola frase de cualquier creencia, ni a abandonar
ninguna costumbre religiosa o a eliminar un dogma de fe. A nadie se le pide que
niegue la Biblia, o que cambie su relaci�n con la Iglesia o a ser menos atento
a las ense�anzas de sus instructores y consejeros espirituales". [190]
"La Masoner�a en verdad contiene la medula de la Cristiandad". [191]
"Es un gran error el pensar que es un enemigo de la Iglesia". "No
se presenta a s� misma como un substituto de esa instituci�n predestinada por
Dios". "Se presenta a s� misma como un asociado, como un aliado, como
un ayudante en la gran obra de la regeneraci�n de la raza, del ennoblecimiento
del hombre". [192] En consecuencia, "negamos el derecho a la Iglesia
Romish (Romana) de excluir de su comuni�n aquellos de su grey que han tomado
responsabilidades en la Orden de la Francmasoner�a". [193] Aunque tales
protestaciones parecen ser sinceras e incluso muestran un elogiable deseo de sus
autores de no entrar en conflicto con la religi�n y la Iglesia, son desmentidos
por bien conocidos hechos. Indudablemente la Francmasoner�a y la religi�n
"cristiana" o "cat�lica" no se oponen la una a la otra,
cuando los masones, algunos por error y otros hip�critamente entiende
"cristiano" o "cat�lico" en el sentido Mas�nico
precedentemente descrito, o cuando la misma Masoner�a, equivocadamente, se
considera como una instituci�n ortodoxa cristiana. Pero entre la
"Masoner�a" y la religi�n "cristiana" o
"cat�lica", tomadas como verdaderamente son: entre la Francmasoner�a
"no-sectaria" y la Cristiandad o el Catolicismo "dogm�ticos,
ortodoxos", hay una oposici�n radical. Es vano decir: aunque la Masoner�a
es oficialmente "no-sectaria", no impide a masones individuales el ser
"sectarios" en sus relaciones no Mas�nicas; ya que en su
"no-sectarismo" oficial, la Francmasoner�a necesariamente combate
todo lo que la Cristiandad contiene fuera de la "religi�n universal en la
que todos los hombres est�n de acuerdo", por consiguiente todo aquello que
es caracter�stico de la religi�n cristiana y cat�lica. La Francmasoner�a
combate estos rasgos distintivos no s�lo como superfluos y meramente
subjetivos, sino tambi�n como adiciones espurias que desfiguran la verdad
objetiva universal, que profesa. Ignorar Cristo y la Cristiandad, es
pr�cticamente rechazarlos como estructuras que no son esenciales.
Pero la Francmasoner�a va m�s lejos y ataca al Catolicismo
abiertamente. La "Voice" (Chicago), por ejemplo, en un art�culo que
empieza: "no hay nada en la religi�n cat�lica que sea adverso a la
Masoner�a", contin�a,
porque la verdad es, que la Masoner�a encarna esa religi�n
en la que todos los hombres est�n de acuerdo. Esto es tan verdadero como que
toda religi�n verdadera, dondequiera que se encuentre, es en substancia la
misma. Ni est� en �l poder de ning�n hombre ni Cuerpo de hombres el hacerlo
de otra manera. Doctrinas y formas de observancia conformes a la piedad,
impuestas por directores espirituales, pueden ser tan variadas como las
direcciones del viento; y como estos �ltimos pueden guerrear el uno con el otro
sobre la faz de la tierra entera, pero no son religi�n. Intolerancia y celo,
las suposiciones del clero, con todas sus innumerables invenciones para
amplificar e impresionar al mundo. . . son siempre las principales causas de
disputa, odio y venganza, que difaman y destierran a la religi�n y sus
inseparables virtudes, y provocan da�o atroces, dondequiera que se encuentra la
humanidad en la tierra. El papado y el clero est�n tan unidos, que pueden ser
llamados lo mismo; la verdad es, que el primero no es ni m�s ni menos que un
caso especial del segundo, que es una forma particular de un principio vicioso,
que �l mismo no es sino el resultado del orgullo de la autosuficiencia y del
deseo de poder. Nada de lo que se puede nombrar, es m�s repugnante al esp�ritu
de la Masoner�a, no hay nada en contra de lo que m�s cuidadosamente nos
defendamos, y esto ha sido siempre bien entendido por todos los maestros
expertos, y debe en verdad decirse, que tal es la sabidur�a de las ense�anzas,
i.e. de la instrucci�n Mas�nica en las Logias, etc. [194]
Similares discusiones, que contienen en casi cada palabra un
ataque oculto o abierto en contra de la Cristiandad, abundan en las verdaderas
revistas y libros Mas�nicos de todos los pa�ses. El ex Gran Di�cono J.C.
Parkinson, un ilustre Mas�n ingl�s, francamente confiesa: "Los dos
sistemas, el Romanismo y la Francmasoner�a, no son s�lo incompatibles, sino
que se oponen radicalmente el uno al otro" [195] y masones americanos
dicen: "no haremos francmas�n un hombre, hasta que sepamos que no es
cat�lico". [196]
Con respecto a la lealtad hacia el "gobierno legal"
masones americanos pretenden que "en todas partes los Francmasones,
individual y colectivamente, son defensores fieles y activos de los gobiernos
republicanos o constitucionales". [197] "Nuestros principios son todos
republicanos". [198] "Fidelidad y Lealtad, y paz y orden, y
subordinaci�n a las autoridades legales son los dioses tutelares de la
Francmasoner�a" [199] y francmasones ingleses declaran que, "la
lealtad de los masones ingleses es proverbial". [200] Estas protestaciones
de francmasones ingleses y americanos, en general, se consideran sinceras en lo
que concierne a sus gobiernos reales. Ni aun el revolucionario Gran Oriente de
Francia piensa en derrocar el orden pol�tico actual en Francia, lo que seria en
total conformidad con sus deseos. La pregunta es, si los francmasones respetan
un Gobierno leg�timo en su propio y en otros pa�ses, cuando no esta inspirado
por principios Mas�nicos. En este aspecto tanto los francmasones ingleses como
los americanos, por sus principios y conducta, provocan el veredicto
condenatorio de la opini�n p�blica ilustrada e imparcial. Hemos ya
precedentemente indicado el caprichoso Art�culo II de los "Antiguos
Cargos", calculado para alentar la rebeli�n en contra de los Gobiernos que
no est�n de acuerdo con los deseos de la Francmasoner�a. La "Cr�nica del
Francmas�n" no hace mas que expresar fielmente los sentimientos de la
Francmasoner�a angloamericana, cuando escribe:
Si afirm�ramos que bajo ninguna circunstancia se ha
encontrado a un Mas�n dispuesto a tomar las armas en contra de un mal gobierno,
declarar�amos solamente que, en momentos de prueba, cuando el deber, en el
sentido Mas�nico, para con el estado significa antagonismo al Gobierno,
habr�an fracasado en el deber m�s alto y m�s sagrado de un ciudadano. La
rebeli�n en algunos casos es un deber sagrado, y nadie, sino un intolerante o
un necio, dir�, que nuestros compatriotas se equivocaron, cuando tomaron las
armas en contra del Rey James II. La lealtad a la libertad, en un caso de esta
clase, anula todas las otras consideraciones, y cuando rebelarse significa ser
libre o perecer, ser�a in�til insistir en que un hombre debe recordar
obligaciones que nunca se pensaron para robarlo de su condici�n de ser humano y
de ciudadano. [201]
Tal lenguaje satisfar�a igualmente a todo movimiento
an�rquico. Las declaraciones citadas se hicieron en defensa de masones
conspiradores espa�oles. S�lo una p�gina m�s all�, la misma revista
Mas�nica inglesa escribe: "Ciertamente la Masoner�a italiana, que ha
rendido un tan inestimable servicio en la regeneraci�n de este pa�s tan
espl�ndido", "es digna de la alabanza m�s alta". [202]
"Una francmas�n, movido por altos principios", dice la
"Voice" (Chicago), "asestar�a justificadamente un golpe a la
tiran�a y se asociar�a con otros para obtener el necesario remedio, por medios
que ordinariamente no son justificables. La historia ofrece muchos casos de
actos que han sido justificados por eventos posteriores, y ninguno de nosotros,
masones o no, nos inclinamos a condenar los complotes tramados entre Paul
Revere, Dr. J. Warren y otros, en la antigua Taberna del Drag�n Verde, el
cuartel general de la Francmasoner�a Colonial en Nueva Inglaterra, porque estos
complotes fueron inspirados por elevados prop�sitos y el resultado no s�lo los
justifico, sino que coron� a esos h�roes con la gloria". [203]
"Ning�n francmas�n" dijo Right Rev. H.C. Potter en el centenario del
Gran Cap�tulo del Arco Real, Nueva York, "puede honorablemente doblar la
rodilla delante de ning�n potentado extranjero (ni siquiera delante del Rey
Edward VII de Inglaterra) civil o eclesi�stico (el Papa) o ofrecer fidelidad a
ninguna soberan�a extranjera, temporal o espiritual". [204] De esta
declaraci�n es evidente que, seg�n Potter, ning�n cat�lico puede ser Mas�n.
En conformidad con estos principios, francmasones americanos e ingleses apoyaron
a los lideres del movimiento revolucionario en el continente europeo. Kossuth,
que "hab�a sido un l�der en la rebeli�n contra la tiran�a
austr�aca", fue entusi�sticamente recibido por masones americanos,
solemnemente iniciado en la Francmasoner�a en Cincinnati, el 21 de abril de
1852, y se le ofreci� un generoso regalo como prueba de "que en el altar
de la Logia de San Juan el fuego del amor irradi� tan intensamente, que
encendi� con su luz incluso los m�s profundos apartados y las fortalezas
monta�osas de Hungr�a". [205] Garibaldi, "el m�s grande francmas�n
de Italia" [206] y Mazzini fueron tambi�n alentados por los francmasones
angloamericanos en sus empresas revolucionarias. [207] "El Mas�n
tenaz", dice la "Voice" (Chicago)", nunca ser� hallado
comprometido en conspiraciones o complotes con el prop�sito de derrocar y
subvertir un gobierno basado en los principios Mas�nicos de libertad y derechos
equitativos". [208] "Pero" declara Pike, "con lengua y
pluma, con todas nuestras influencias abiertas y secretas, con el dinero, y si
fuera menester, con la espada, promoveremos la causa del progreso humano y
laboraremos para conceder derechos pol�ticos al pensamiento humano, darle
libertad a la conciencia humana (sobre todo de las 'usurpaciones' papales) y
derechos justos a la gente en todas partes. Dondequiera que una naci�n luche
por ganar o recuperar su libertad, dondequiera que la mente humana afirme su
independencia y las personas exijan sus derechos inalienables, all� ir�
nuestra m�s cordial simpat�a". [209]
VIII. ACCION DE LAS AUTORIDADES DEL ESTADO Y DE LA IGLESIA
Bastante curiosamente, el primer soberano que se uni� y
protegi� a la Francmasoner�a fue el Emperador cat�lico alem�n Francisco I,
fundador de la l�nea real de Austria, mientras que las primeras medidas contra
la Francmasoner�a fueron tomadas por Gobiernos Protestantes: Holanda, 1735;
Suecia y Ginebra, 1738; Zurich, 1740; Berna, 1745. En Espa�a Portugal e Italia,
medidas contra la Masoner�a fueron tomadas despu�s de 1738. En Bavaria la
Francmasoner�a se prohibi� en 1784 y 1785; en Austria 1795; en Baden 1813; en
Rusia 1822. Desde 1847 se ha tolerado en Baden, desde 1850 en Bavaria, desde
1868 en Hungr�a y Espa�a. En Austria la Francmasoner�a se prohibi� porque,
tal como la Corte Superior de la Administraci�n correctamente declar� el 23 de
enero de 1905, una asociaci�n Mas�nica, aunque establecida de acuerdo con la
ley, "ser�a un miembro de una gran organizaci�n (internacional) (en
realidad regida por los 'Antiguos Cargos', etc. seg�n los principios generales
y objetivos Mas�nicos), cuyos verdaderos reglamentos se mantendr�an ocultos de
las autoridades civiles, de manera que no se puede controlar la actividad de los
miembros". [210] De hecho se da por sentado que los masones
Austro-h�ngaros, cualesquiera que fueran los estatutos que pudieran presentar
al Gobierno austr�aco para obtener su autorizaci�n, continuar�an de hecho a
tener al Gran Oriente franc�s como su verdadero modelo, y a los Hermanos
Kossuth, Garibaldi, y Mazzini como los h�roes, que se esforzar�an de imitar.
El decreto Prusiano de 1798 prohibi� la Francmasoner�a en general, exceptuando
las tres antiguas Grandes Logias Prusianas que el protectorado somet�a a un
estricto control por el Gobierno. Este decreto, aunque jur�dicamente abrogado
por el decreto del 6 de abril de 1848, pr�cticamente, seg�n una decisi�n de
la Suprema Corte del 22 de abril de 1893, debido a una interpretaci�n err�nea
de los �rganos de la administraci�n, permaneci� en vigor hasta 1893. De igual
manera, en Inglaterra se aprob� una Acta del Parlamento, el 12 de julio de
1798, para la "supresi�n m�s eficaz de las sociedades establecidas para
sediciones y prop�sitos traicioneros y para evitar traiciones y pr�cticas
sediciosas". Por esta Acta las asociaciones y reuniones Mas�nicas en
general fueron prohibidas, y s�lo las Logias existentes el 12 de julio de 1798,
y regidas seg�n las antiguas reglas de la Masoner�a del reino fueron
toleradas, a condici�n de que dos representantes de la Logia debiesen tomar el
juramento, delante de los magistrados, de que la Logia exist�a y era regida tal
como el Acto ordenaba. [211] Durante el per�odo 1827-34, se tomaron medidas en
contra de la Francmasoner�a en algunos de los Estados Unidos de Am�rica.
Acerca de los pa�ses europeos se puede declarar que, todos aquellos Gobiernos
que no se hab�an originado en el movimiento revolucionario, se esforzaron por
protegerse en contra de las sociedades secretas Mas�nicas.
La acci�n de la Iglesia esta resumida en las declaraciones
papales en contra de la Francmasoner�a desde 1738, las m�s importantes de las
cuales son:
Clemente XII, Const. "In Eminenti", 28 abril, 1738;
Le�n XIII, "Annum ingressi", 18 marzo, 1902 (en
contra de la Francmasoner�a italiana);
Le�n XIII, Encycl. "Ets� nos", 15 febrero, 1882;
Le�n XIII, "Ab Apostolici", 15 octubre, 1890.
Estas declaraciones pontificales de la primera a la ultima
est�n en completa armon�a, las �ltimas reafirman las primeras con los
desarrollos exigidos por el crecimiento de la Francmasoner�a y otras sociedades
secretas.
Clemente XII con precisi�n indica las razones principales
por las cuales las asociaciones Mas�nicas, seg�n los puntos de vista
cat�lico, cristiano, moral, pol�tico y social, deben ser condenadas. Estas
razones son:
El peculiar, "no-sectario" (en verdad,
anticat�lico y anticristiano) car�cter naturalista de la Francmasoner�a, por
el que te�rica y pr�cticamente menoscaba la fe cat�lica y cristiana, primero
en sus miembros y a trav�s de ellos en el resto de la sociedad, crea
indiferencia religiosa y desprecio por la ortodoxia y la autoridad
eclesi�stica.
El secreto inescrutable y el enga�oso siempre cambiante
disfraz de la asociaci�n Mas�nica y de su "obra", por la que
"hombres de esta especie entran como ladrones dentro de la casa y como
zorros maniobran para desarraigar el vi�edo", "pervirtiendo el
corazon de los humildes", arruinando su bienestar espiritual y temporal.
Los votos de secreto y de fidelidad a la Masoner�a y a la
obra Mas�nica, que no pueden ser justificados en su prop�sito, su objeto, o su
forma, y no pueden, por consiguiente, causar ninguna obligaci�n. Los juramentos
son condenables, porque el prop�sito y objeto de la Masoner�a son
"perversos" y censurables, y el aspirante, en la mayor�a de los
casos, ignora la importancia o la magnitud de la obligaci�n que �l toma.
Adem�s los "secretos" ritualisticos y doctrinales que son el objeto
principal de la obligaci�n, seg�n las autoridades Mas�nicas superiores, o son
nader�as o ya no existen. [212] En ambos casos el juramento es un abuso
condenable. Incluso las maneras de reconocimiento Mas�nico, que se presentan
como el principal y �nico "secreto" indispensable de la Masoner�a,
est�n publicadas en muchos libros impresos. En consecuencia, los verdaderos
"secretos" de la Masoner�a, si tales hay, pueden s�lo ser las
conspiraciones pol�ticas o anti-religiosas como los complotes de las Grandes
Logias en los pa�ses latinos. Pero tales secretos, condenados, al menos
te�ricamente, por los mismos masones angloamericanos, no har�an el juramento u
obligaci�n sino m�s inmoral y por consiguiente nulo e inv�lido. Por eso en
todo aspecto, los juramentos Mas�nicos no son s�lo sacr�legos sino tambi�n
un abuso contrario al orden p�blico que requiere de juramentos y compromisos
solemnes como el principal medio para mantener la veracidad y la lealtad en el
Estado y en la sociedad humana, y que, por tanto, no deben ser envilecidos ni
caricaturizados. En la Masoner�a se degrada el juramento aun m�s por su forma
que incluye las penalidades m�s atroces, por la "violaci�n de
obligaciones" que ni siquiera existen; una "violaci�n" que, en
verdad ser�a y en muchos casos es, un deber imperioso.
El peligro que tales sociedades representan para la seguridad
y la "tranquilidad del Estado" y para "la salud espiritual de las
almas", y por tanto su incompatibilidad con las leyes civil y can�nica.
Porque aun admitiendo que algunas asociaciones Mas�nicas no persiguieran
ning�n prop�sito contrario a la religi�n y al orden p�blico, ser�an sin
embargo contrarias al orden p�blico, porque por su misma existencia como
sociedades secretas basadas en los principios Mas�nicos, alientan y promueve la
fundaci�n de otras sociedades secretas muy peligrosas y hacen dif�cil, si no
imposible, la acci�n eficaz de las autoridades civiles y eclesi�sticas en
contra de ellas.
De los otros decretos papales s�lo algunas declaraciones
caracter�sticas requieren el ser mencionadas. Benedicto XIV apela con la mayor
urgencia a los pr�ncipes cat�licos y a los poderes civiles para obtener su
ayuda en la lucha contra la Francmasoner�a. P�o VII condena la sociedad
secreta de los Carbonari que, si no un v�stago, es "seguramente una
imitaci�n de la sociedad Mas�nica" y, como tal, ya incluida en la
condenaci�n emitida contra ella. Le�n XII deplora el hecho de que los poderes
civiles no hayan tomado en cuenta los primeros decretos papales y, en
consecuencia, que de las antiguas sociedades Mas�nicas hayan surgido sectas aun
m�s peligrosas. Entre ellas la "Universitaria" se menciona como la
m�s perniciosa. "Se debe considerar cierto", dice el papa, "que
estas sociedades secretas est�n enlazadas por el v�nculo de los mismos
prop�sitos criminales". Gregorio XVI de la misma manera declara que las
desgracias de la �poca son principalmente debidas a la conspiraci�n de las
sociedades secretas, y como Le�n XII, deplora la indiferencia religiosa y las
falsas ideas de tolerancia propagadas por las sociedades secretas. P�o IX [213]
describe la Francmasoner�a como una organizaci�n insidiosa, fraudulenta y
perversa perjudicial para la religi�n y la sociedad; y condena nuevamente
"esta Mas�nica y otras sociedades semejantes, que difieren s�lo en
apariencia, y que se unen constante y abiertamente o en secreto complot contra
la Iglesia o la autoridad legal". Le�n XIII (1884) dice: "Hay varias
sectas, que aunque difieren en nombre, rito, forma y origen, est�n sin embargo
tan unidas por una comunidad de prop�sitos y por la similitud de sus
principales principios que no son verdaderamente mas que una con la secta
Mas�nica, que es una clase de centro, de donde todas ellas proceden y adonde
todas ellas regresaran". El prop�sito final de la Francmasoner�a es
"el derrocamiento de todo el orden religioso, pol�tico y social basado en
las instituciones cristianas y el establecimiento de un nuevo estado de cosas
seg�n sus propias ideas y basado en sus principios y leyes de Naturalismo
puro".
En vista de estas varias razones a los cat�licos, desde
1738, les est�, bajo pena de excomuni�n incurrida ipso facto y reservada al
papa, estrictamente prohibido entrar o promover de cualquier manera las
sociedades Mas�nicas. La ley ahora en vigor [214] pronuncia la excomuni�n en
"aquellos que entran en las sectas Mas�nicas o del Carbonarias u otras del
mismo tipo, que, abiertamente o en secreto, complotan en contra de la Iglesia o
autoridad legal y aquellos que de cualquier manera favorisan estas sectas o no
denuncia a sus jefes y miembros principales". Bajo este encabezado se debe
tambi�n hacer menci�n de la "Instrucci�n Pr�ctica de la Congregaci�n
de la Inquisici�n del 7 de mayo de 1884 [215] y de los decretos de los
Concilios Provinciales de Baltimore, 1840; Nueva Orleans, 1856; Quebec, 1851,
1868; del primer Consejo de las Colonias inglesas, 1854; y particularmente de
los Concilios Plenarios de Baltimore, 1866 y 1884. [216] Estos documentos se
refieren principalmente a la aplicaci�n de los decretos papales seg�n la
condici�n peculiar de las provincias eclesi�sticas respectivas. El Tercer
Consejo de Baltimore, n. 254 sig., expone el m�todo de determinar si si o no
una sociedad se debe considerar como incluida en la condenaci�n papal de la
Francmasoner�a. En esto reserva la decisi�n final a una comisi�n que consta
de todos los arzobispos de las provincias eclesi�sticas representadas en el
concilio, y, si no puede llegar a una conclusi�n un�nime, refiere a la Santa
Sede.
Estos decretos papales y censuras en contra de la
Francmasoner�a han sido frecuentemente la ocasi�n de cargos err�neos e
injustos. La excomuni�n se interpret� como una "imprecaci�n" que
maldijo a todos los francmasones y los conden� a la perdici�n. En verdad, una
excomuni�n es simplemente una pena eclesi�stica, por la que los miembros de la
Iglesia deben ser disuadidos de cometer acciones que son criminales seg�n la
ley eclesi�stica. El papa y los obispos, por consiguiente, como fieles pastores
del reba�o de Cristo, no puede sino condenar a la Francmasoner�a.
Traicionar�an, como Clemente XII declar�, sus deberes m�s sagrados, si no se
opusieran con todo su poder a la propagaci�n insidiosa y a la actividad de
tales sociedades en los pa�ses cat�licos o con respecto a los cat�licos en
los pa�ses mixtos y protestantes. La Francmasoner�a promueve sistem�ticamente
la indiferencia religiosa y socava las verdaderas Fe y vida, i.e., cristianas
ortodoxas y cat�licas. La Francmasoner�a es esencialmente Naturalismo y, en
consecuencia, opuesta a todo supernaturalismo. Acerca de algunas acusaciones
particulares de Le�n XIII (1884) desafiadas por los francmasones, ej., el
car�cter ateo de la Francmasoner�a, se debe observar, que el papa considera la
actividad de las sociedades Mas�nicas y similares en su totalidad,
aplic�ndoles el t�rmino que designa a la mayor parte de estas sociedades y
entre los Cuerpos Mas�nicos aquellos, que promueven los as� llamados
"anticlericales", en realidad irreligiosos y revolucionarios,
principios de la Francmasoner�a l�gicamente a sus ultimas consecuencias y
as�, en verdad, son, tal como eran, los fortines avanzados y portaestandartes
del total e inmenso ej�rcito anticat�lico y anti-papal en la guerra mundial
espiritual de nuestra �poca. En este sentido tambi�n el papa, de acuerdo con
una visi�n b�blica y evang�lica fundamental desarrollada por San Agust�n en
su "De civitate Dei", as� como el poeta Mas�nico Carducci en su
"Himno a Satan�s", considera a Satan�s como el jefe supremo
espiritual de este ej�rcito hostil. De esta manera, Le�n XIII (1884)
expl�citamente declara:
Lo que decimos, debe ser entendido de la secta Mas�nica en
la acepci�n universal del t�rmino, ya que incluye a todas las sociedades
aparentadas y asociadas, pero no de las personas que son miembros. Puede haber
personas entre estos, y no pocos, que, aunque no libres de la culpa de haberse
comprometido ellos mismos en tales asociaciones, no son ellos mismos c�mplices
en sus actos criminales ni est�n enterados del objetivo final que estas
asociaciones se esfuerzan por obtener. De la misma manera, es quiz�s posible
que, algunos de los varios Cuerpos de la asociaci�n, no aprueben de ninguna
manera ciertas conclusiones extremas, que aceptar�an consistentemente como
consecuencia necesaria de los principios generales comunes a todos, si no fueran
disuadidos por el car�cter depravado de las conclusiones.
"La federaci�n Mas�nica se debe juzgar no tanto por
los actos y cosas que ha llevado a cabo, sino por la totalidad de sus principios
y prop�sitos".
NOTAS
[1] The Freemason's Chronicle [La Cr�nica de La
francmasoner�a], 1908, I, 283, se le referencia frecuentemente en este
art�culo como Chr.
[2] Concise Hist. [Breve Hist]., 109, 122.
[3] Gould, "Hist.", I, 378, 379, 410; II, 153 sigs.
siguientes
[118] Mackey, "Diccionario", s. v. Phallus; Oliver,
"Signos", 206-17; V. Longo, La Mass. Specul.
[119] Ritual, I (primer) grado.
[120] Pike (3), 128.
[121] Pike (4), 141.
[122] Pike, ibid., 100 sig.
[123] (1), 291 sig.
[124] Pike (4), III, 81; (1), 291; Ragon, l. c., 76-86.
[125] (4), I, 288 sig.
[126] Ibid., III, 142 sig.
[127] Ibid., III, 146.
[128] Ibid., IV, 474 sig.
[129] Ibid., IV, 478.
[130] Ibid., IV, 476.
[131] Ibid., IV, 547.
[132] "Abogado Mas�nico" de Indianapolis, Chr.,
1900, I, 296.
[133] Chr., 1897, II, 83.
[134] (4), I, 271.
[135] Ibid., I, 280; (1), 516 sig.
[136] Chr., 1878, II, 28.
[137] (4), I, 311.
[138] Ibid., IV, 388 sig.
[139] Ibid, IV, 389 sig.
[140] (1), 849.
[141] Oliver, "Filosof�a Teocr�tica", 355.
[142] Oliver, Hist. Landmarks [Linderos Hist.], I, 11, 21;
"Freemasons' Quarterly Rev"., I, 31; Casanova en Ragon, "Rit. 3r
Grado", 35.
[143] Pike (4), III, 68.
[144] Ibid., IV, 470, 479, 488, 520.
[145] Chr., 1880, II, 179.
[146] Ibid., 1892, I, 246. Para cr�ticas semejantes ver
Chr., 1880, II, 195; 1875, I, 394.
[147] Gould, "Historia Breve" 419.
[148] Chr., 1893, I, 147.
[149] Chr., 1906, I, 202.
[150] "Nueva Edad", mayo, 1910, 464.
[151] "Acacia", II, 409.
[152] Ver Congr�s Intern. de Par�s, 1889, in "Compte
rendu du Grand Orient de France", 1889; Browers, "L'action,
etc.".; Br�ck, "Geh. Gesellsch. en Spanien";
"Handbuch"; art�culos en distintos pa�ses ,etc.
[153] Ver "Rivista", 1909, 76 sigs.; 1908, 394;
"Acacia", 1908, II, 36; "Bauh�tte", 1909, 143; "La
Franc-Ma�onnerie d�masqu�e , 1909, 93-96; "Compte rendu du Convent. Du
Gr. Or. de France", 21-26 Sept., 1908, 34-38.
[154] Handbuch, 3rd ed., II, 517.
[155] Gruber (5), 6; Ewald, "Loge und Kulturkampf".
[156] Ver Herold, No. 37 y 33 sigs.
[157] tambi�n ver Chr., 1889, I, 81 sig..
[158] "Que personne ne bougera plus en France en dehors
de nous", "Bull. Gr. Or"., 1890, 500 sig.
[159] Compte-rendu Gr. Or., 1903, Nourrisson, "Les
Jacobins", 266-271.
[160] Compte-rendu, 1902, 153.
[161] Compte-rendu Gr. Or. de France, 1902, 381.
[162] "Riv"., 1892, 219; Gruber,
"Mazzini", 215 sigs. and passim.
[163] Circular del Gran Oriente de Francia, 2 Abril, 1889.
[164] Ver "Cha�ne d'Union", 1889. 134. 212 [sqq].,
248 [sqq]., 291 [sqq].; y los "comptes rendus" oficiales del Congreso
Mas�nico Internacional de Par�s, 16-17 de julio de 1889, y del 31 de agosto, 1
y 2 de septiembre de 1900, publicados por el Gran Oriente de Francia, y los
"Comptes rendus des travaux" oficiales y regulares de este Gran
Oriente, 1896-1910, y la "Rivista massonica", 1880-1910.
[196] Chr., 1890, II, 347: ver tambi�n 1898, I, 83.
[197] "Voice" citado en Chr., 1890, I, 98.
[198] "Voice" en Chr., 1893, I, 130.
[199] "Voice" en Chr., 1890, I, 98.
[200] Chr., 1899, I, 301.
[201] Chr., 1875, I, 81.
[202] Chr., 1875, I, 82.
[203] Chr., 1889, I, 178.
[204] Chr., 1889, II, 94.
[205] "Keystone" de Filadelfia citado por Chr.,
1881, I, 414; la "Voice" de Chicago, [ibid]., 277.
[206] "Intern. Bol"., Berne, 1907, 98.
[207] Chr., 1882, I, 410; 1893, I, 185; 1899, II, 34.
[208] Chr., 1892, I, 259.
[209] Pike (4), IV, 547.
[210] Bauh�tte, 1905, 60.
[211] Preston, "Ilustraciones de la Masoner�a",
251 [sqq].
[212] Handbuch, 3rd ed., I, 219.
[213] Alocuci�n, 1865.
[214] Const. "Apostolic� Sedis", 1869, Cap. ii, n.
24.
[215] "De Secta Massonum" (Acta Sanct� Sedis,
XVIII, 43-47.
[216] Ver "Collect. Lacensis", III, 1875 y
"Acta et decr. Concil. plen. Balt. III", 1884.
OTRAS NOTAS. Las siguientes son las abreviaciones de los
t�rminos Mas�nicos utilizados en este art�culo: L., Ls., GL, GLs, GO, GOs,
Supr. Counc., GGs= Logia, Logias, Grandes Logias, Gran Oriente, Supremo Consejo,
Gr. Cuerpos, etc.
Abreviaciones de los m�s frecuentemente citados libros y
revistas: K.= Keystone (Filadelfia). V= "Voice" (de la Masoner�a),
m�s adelante: "Voz y Revista Mas�nicas" (Chicago). Chr.= "La
Cr�nica del francmas�n" (Londres); A. Q. C.= "Ars Quatuor
Coronatorum". Transactions (Londres), la mejor revista cient�fica
Mas�nica; Bauh.= Bauh�tte; Sign.= "Signale fur die deutsche
Maurerwelt" (Leipzig); Enc., Cycl., Handb.= Enciclopedia, "Allgemeines
Handbuch der Freimaurerei" (Manual Universal de Francmasoner�a) Leipzig.
Esta �ltima enciclopedia alemana, en sus tres ediciones, bastante diferentes la
una de la otra, pero todas ellas contienen informaci�n valiosa y precisa, son
consideradas incluso por cr�ticos Mas�nicos ingleses y americanos (A. Q. C.,
XI, 1898, 64), y de lejos, como la mejor enciclopedia Mas�nico nunca publicada.
Clave para n�meros: En el art�culo precedente, un n�mero
ar�bigo despu�s del nombre de un autor de varios trabajos indica el trabajo
marcado con el mismo n�mero en la bibliograf�a siguiente. Otros n�meros se
deben considerar seg�n las reglas generales seguidas a lo largo de la
ENCICLOPEDIA.
BIBLIOGRAFIA. La Cr�nica del francmas�n -The Freemason's
Chronicle- (Chr.), de la que se han publicado dos vol�menes cada a�o en
Londres desde 1875, reproduce tambi�n en gran medida los art�culos principales
publicados por los mejores peri�dicos Mas�nicos americanos, ofrece el mejor y
m�s autorizado estudio general de la Francmasoner�a angloamericana. R. FR.
GOULD lo describe as�: "Un peri�dico Mas�nico de primera clase"
(Chr.,I,1893, I, 339). El autor del principio Mas�nico que hemos citado es el
difunto ALBERTO PIKE, Gran Comendador de la Madre -[Padre] Supremo Consejo
(Charleston, Carolina del Sur--Washington), reconocido como la m�s gran
autoridad en todos los asuntos Mas�nicos. Seg�n NORTON "el renombrado
Hermano PIKE (Chr., 1888, II, 179)generalmente reconocido como la mejor
autoridad en jurisprudencia Mas�nica en Am�rica" (Chr., 1876, II, 243).
Seg�n el Gran Orador ROBERT (Territorio indio) �l "fue el m�s grande
erudito y escritor Mas�nico de este (XIX) siglo, cuyo nombre ha sido una
palabra familiar dondequiera que la Masoner�a es conocida" (Chr., 1893, I,
25). seg�n la Nueva Edad, Nueva York, fue "considerado como la principal
figura de la Francmasoner�a del mundo" (1909, II, 456), "el
francmas�n m�s grande del Siglo XIX", "el Profeta de la
Francmasoner�a" (1910, I, 52). "Su gran obra -- su Magnum Opus --
como la llam�", dice la Nueva Edad (1910, I, 54), "fue Los Rituales
del Rito Escoc�s, tal como fueron corregidos y espiritualizados por �l".
Y su libro ., frecuentemente citado por nosotros, es muy recomendado a todos los
masones que buscan informaci�n seria y segura, por los famosos eruditos
Mas�nicos TEMPLE (Bruselas) y SPETH, el difunto secretario de las sabias Logias
Quatuor-Coronati de Londres (Chr., 1888, I, 389). Las cartas circulares de PIKE,
seg�n el Bolet�n del Consejo Supremo de B�lgica (1888, 211) eran
"verdaderos c�digos de la Sabidur�a Mas�nica". El bien conocido
Hermano ingl�s. YARKER, 33, dice: "El difunto A. PIKE . . . fue s in duda
un Papa Mas�nico, que gui� con cuerdas de marionetas a todos los Supremos
Consejos del mundo, incluyendo a los Supremos Consejos de Inglaterra, Irlanda y
Escocia, el primero de los cuales inclu�a al Pr�ncipe de Gales (ahora Rey
Eduardo VII) Lord Lathom y otros Pares, que estaban en alianza con �l y en real
sumisi�n" (A. E. WAITE, Culto al Demonio en Francia, 1896, 215). "El
Handbuch alem�n (2a ed., 1879, IV, 138) llama a PIKE: "El supremo General
de la Orden", y T.G. Findel, el historiador alem�n de la Masoner�a:
"el rey sin corona de los Grados Superiores" (Bauh�tte, 1891, 126).
Publicaciones Mas�nicas. Enciclopedias: MACKEY, (1)
Enciclopedia de la Francmasoner�a (Londres, 1908), incluso esta mas reciente
edici�n, seg�n las autoridades americanas, es completamente anticuada y de
poca mejora sobre la de 1860; IDEM, (2) L�xico de la Francmasoner�a (Londres,
1884); OLIVER, Dict. de la Francmasoner�a Simb�lica (Londres, 1853);
MACKENZIE, La Real Encicl. Mas�nica [Royal Masonic Cycl.] (1875-7); WOODFORD,
Kenning, Cycl. (1878); LENNING, Encycl. der Freimaurerei (1822- 1828); IDEM AND
HENNE AM RHYN, Allgemeines Handbuch der Fr., 2a ed. (1863-79); FISCHER, Allg.
Handb. d. Fr., 3ra ed. (1900); estas ediciones contienen informaci�n valiosa y
responden a los requisitos cient�ficos mucho m�s que todas las otras
enciclopedias Mas�nicas (A. Q. C., XI, 64); STEVENS, Enciclopedia de
Fraternidades [Cycl. Of Fraternities] (Nueva York, 1907).
Ley y Jurisprudencia Mas�nicas: Las Constituciones de los
francmasones, 1723, 1738; Neues Constitutionen Buch, etc. (1741); DE LA TIERCE,
Histoire, Obligations, et. Statuts, etc. (Francfort, 1742); OLIVER,
Jurisprudencia Mas�nica (1859, 1874); CHASE, Compendio de Ley Mas�nica (1866);
MACKEY, Libro de Texto de Jurisprudencia Mas�n. (1889); VAN GRODDECK, etc.,
Versuch einer Darstellung des positiven innern Freimaurer. Rechts (1877), el
mejor estudio general de leyes Mas�nicas de todos los pa�ses.
Hist�ricos: ANDERSON, Hist. de la Francmasoner�a en la
primera edici�n y traducciones del Libro de Constituciones (muy poco confiable,
aun despu�s de 1717); PRESTON, Ilustraciones de la Masoner�a (1772), ed.
OLIVER (1856), aunque no fiable en algunos particulares hist�ricos, contiene
mucha informaci�n valiosa de car�cter hist�rico y ritualistico; FORT, Hist.
Inicial y Antig�edades de la Francmasoner�a (Filadelfia, 1875); ROWBOTTOM,
Origen de la Francmasoner�a tal como se manifiesta por la Gran Pir�mide
(1880); HOLLAND, Francmasoner�a desde la Gran Pir�mide hist�ricamente
ilustrada (1885); CHAPMAN, La Gran Pir�mide, etc. (1886); WEISSE, El Obelisco y
la Francmasoner�a, seg�n los descubrimientos de Belzoni y Gorringe (Nueva
York, 1880); KATSCH, Die Entstehung und wahre Endzweck der Freimaurerei (1897);
FINDEL, Historia de la Francmasoner�a (1861-2; 1905), traducido y revisado por
LYON, 1869; influyente en la propagaci�n de m�s precisas nociones hist�ricas
entre los masones; GOULD, Hist. de la Francmasoner�a (3 vols., 1883-1887),
ahora reputado como el mejor trabajo hist�rico sobre la Francmasoner�a;
CHETWODE CRAWLEY, Comentaria Hibernica (1895-1900); HUGHAN, Origen del Rito
ingl�s de la Francmasoner�a (1884); Los Antiguos Cargos de los francmasones
brit�nicos (Londres, 1872; 1895); KLOSS, Gesch. der Fr. in Engl., Irland und
Schottland 1685-1784 (1847); BOOS, Gesch. der Freimaurerei (1896); HASCALL,
Hist. de la Francmasoner�a (1891); Hist. Inicial y Transacciones de los masones
de Nueva York (1876); McCLENACHAN, Hist. de la Frat. en Nueva York (1888-94);
ROSS ROBERTSON, Hist. de la Francmasoner�a en Canad� (1899); DRUMMOND, Hist. y
Bibliogr. Memoranda y Hist. de iymb. y Masoner�a del Arca Real en los EE.UU.;
Suplemento a GOULD, Hist. (1889); THORY, Annales, etc., du Grand Orient de
France (1812); KLOSS, Gesch. der Freimaurerei in Frankr. (1852-3); JOUAST, Hist.
du Grand Orient Fr. (1865); LEWIS, Gesch. d. Freimaurerei i. Oesterreich (1861);
ABAFI, Gesch. d. Freimaurerei in Oesterreich-Ungarn (1890 sigs.), Principios,
Esp�ritu, Simbolismo de la Francmasoner�a. Fuentes principales:- Las
Constituciones de los francmasones, 1723 y 1738; HUTCHINSON, Esp�ritu de la
Francmasoner�a (1775); TOWN, Sistema de la Masoner�a Espec. (1822, Nueva
York); OLIVER, Antig�edades de la Francmasoner�a (1823); La Estrella en el
Este (1827); Se�as y S�mbolos (1830, 1857); PIKE, (1) Morales y Dogma del A.
A. Rito Escoc�s de la Francmasoner�a 5632 (1882); IDEM, (2) El Libro de las
Palabras 5638 (1878); IDEM, (3) El Porche y la C�mara de en medio. Libro de la
Logia 5632 (1872); IDEM, (4) El Santuario Interior (1870-79); KRAUSE, Die drei
�ltesten Kunsturkunden der Frmrei (1810), todav�a muy estimado, a pesar de
errores hist�ricos, como una apreciaci�n cr�tica de la Francmasoner�a;
FINDEL (la mejor autoridad alemana), Geist und Form der Fr. (1874, 1898); IDEM,
Die Grunds�tze der Fr. im Volkerleben (1892); IDEM, Die moderne Weltanschauung
und die Fr. (1885); IDEM, Der frmische Gedanke (1898); Bauh�tte (1858-1891) y
Signale (1895-1905).
Publicaciones antimas�nicas: De 1723-1743, La
Francmasoner�a inglesa y ANDERSON, Historia, fueron ridiculizadas en muchas
publicaciones (GOULD, 2, 294, 327); contra la Francmasoner�a francesa
aparecieron: L'Ordre des francmasones trahie 1738 (A. Q. C., IX, 85) y Le Secret
des Mopses r�v�l� (1745); Sceau romptu (1745); con la ocasi�n de la
Revoluci�n francesa: LEFRANC, Le voile lev� (1792). En los Estados Unidos el
movimiento antimas�nico empez� en 1783: CREIGH, Masoner�a y AntiMasoneria
(1854); STONE, Cartas sobre la Masoner�a y la AntiMasoneria (1832); PENKIN,
Ca�da de la Masoner�a (1838) Catalogo de libros antimas�nicos (Boston, 1862);
Sechs St�mmen �ber geheime Gesellschaften und Frmrei (1824); ECKERT, Der
Frmrorden in seiner wahren Bedeutung (1852); HENGSTENBERG, Die Frmrei und das
evang. Pfarramt (1854-56); Civilt� Cattolica desde 1866; NEGRONI, Storia
passata e presente della setta anticristiana ed antisociale (1876); MENCACCI,
Memorie documentate della rivoluzione italiana (1882); RINIERI, Cozetti Masonici
(1900-01); ENIGMA, La setta verde (1906-7); GRUBER, Mazzini; Massoneria e
Rivoluzione (1901), retraza la obra revolucionaria de la Masoner�a italiana
desde 1870 hasta 1900; GAUTRELET, La Franc-ma�onnerie et la Revoluci�n (1872);
JANET, Les soci�t�s secretes et la soci�t� 3ra ed., 1880-83), el mejor
estudio general de la obra revolucionaria de las sociedades secretas en todos
los pa�ses; BROWERS, L'Action de la Franc-m. dans l'hist. moderne (1892);
LEROUSE, La Franc-m. sous la 3e R�publique (1886); COPIN-ALBANCELLI, La
Franc-m. (1892); GOYAU, La Franc-m. en France (1899); NOURRISSON, Le club des
Jacobins (1900); IDEM, Les Jacobins au pouvoir (1904); BIDEGAIN, Le Grand Orient
de France (1905); NEUT, La F.-m. soumise au grand jour de la publicit� (1866),
contiene valiosos documentos sobre la Masoner�a francesa, belga, y alemana;
MALLIE, La Ma�onnerie Belge (1906), documentos sobre la m�s reciente actividad
pol�tica de la Masoner�a belga; DE LA FUERTE, Historia de las Sociedades
secretas antiguas y modernas en Espa�a, etc. (1870-71); BR�CK, Die geheimen
Gesellschaften in Spanien (1881); TIRADO Y ROYAS, La Masoner�a en Espa�a
(1892- 3); DE RAFAEL, La Masoner�a pintada por si misma (1883); PACHTLER, Der
stille Krieg gegen Thron und Altar (1876); BEUREN (M. RAICH), Die innere
Unwahrheit der Frmrei (1884); GRUBER, (4) Die Frmrei und die �ffent. Ordnung
(1893); IDEM, (5) Einigungsbestrebungen, etc. (1898); IDEM, (6) Der
"giftige Kern", etc. (1899); IDEM, (7) Frmrei und Umsturzbewegung
(1901); Streifz�ge durch das Reich der Frmrei (1897); EWALD, (1899); OSSEG, Der
Hammer d. Frmrei, etc. (1875); W. B., Beitr�ge zur Geschichte der F. In
Oesterreich (1868); Die Frmrei in Oesterreich Ungarn (1897). En Polonia:
MICHALOW, Die geh. Werkst�tte der Poln. Erhebung (1830; 1877); ZALESKI, O
Masonii w Polsce 1738-1820 (Cracovia, 1908); sobre la Masoner�a anglosajona y
francesa ver PREUSS, Un Estudio sobre la Francmasoner�a americana (San Luis,
1908), una cuidadosa discusi�n basada en los trabajos normales de Mackey y
PIKE.